A partir del 1 de noviembre, la ciudad comenzará a retirar los vehículos recreativos (RVs) y otros vehículos grandes estacionados en las calles durante la noche. Esta medida, aprobada por la Junta de la Agencia de Transporte Municipal de San Francisco (SFMTA), ha generado controversia.
La decisión, respaldada por una votación de 6-1 para enmendar el código de tránsito de la ciudad, permitirá el remolque de estos vehículos si sus ocupantes rechazan las ofertas de refugio de los empleados de la ciudad. Si bien ya existían restricciones para el estacionamiento nocturno de vehículos grandes en ciertas áreas, estos solo podían ser retirados con una orden de arresto emitida por la policía. La policía también participará en la aplicación de la nueva regulación.
Viktoriya Wise, directora de la División de Calles de SFMTA, enfatizó que la aplicación de esta nueva medida no será una prohibición generalizada del estacionamiento nocturno. En su presentación, destacó que el enfoque se llevará a cabo de manera gradual y como último recurso, asegurando que los equipos de outreach de la ciudad identificarán situaciones que representen peligros para la seguridad o que obstruyan el tráfico.
El proceso de implementación incluirá:
- La colocación de volantes multilingües en las áreas afectadas para informar a los propietarios sobre la próxima aplicación de la medida.
- La instalación de señales en la zona.
- La oferta de servicios de refugio a los ocupantes de los vehículos, quienes solo serán desalojados si rechazan las opciones de alojamiento.
Esta nueva medida se enmarca en el contexto de la dura carrera electoral de la alcaldesa London Breed, quien busca responder a las crecientes preocupaciones de los votantes sobre la seguridad pública. Breed ha defendido la medida, argumentando que asegurará que las calles de la ciudad sean utilizadas para el transporte y no como estacionamientos permanentes para vehículos grandes.
Sin embargo, la iniciativa ha encontrado resistencia entre los defensores de los derechos de los sin hogar, así como entre algunos candidatos a la alcaldía, quienes critican la falta de soluciones efectivas a la crisis de la vivienda. Los críticos, como el presidente de la Junta de Supervisores, Aaron Peskin, han señalado que la enmienda es un ejemplo de la incapacidad de Breed para abordar los problemas de la vivienda y han advertido que esta medida podría agravar la creciente crisis de la falta de vivienda en la ciudad.
Laura Valdez, directora ejecutiva de Mission Action, también expresó su descontento, calificando la acción de "inhumana" y una traición a las familias y comunidades locales.