Este año, la contienda se ha intensificado entre la demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump, ambos con estrategias para conquistar la Casa Blanca. Pero ¿cómo funciona realmente el sistema electoral estadounidense? ¿Por qué el candidato que obtiene más votos no siempre gana?
El Colegio Electoral, un sistema complejo que puede determinar quién gana la presidencia
La elección presidencial estadounidense no se decide por un simple conteo de votos a nivel nacional. En cambio, se utiliza un sistema llamado Colegio Electoral, que fue establecido por los redactores de la Constitución en 1787.
Cada estado tiene un número específico de votos electorales, que se asignan de acuerdo con la población de cada estado. California, por ejemplo, tiene 54 votos electorales, mientras que estados menos poblados como Wyoming, Alaska y Dakota del Norte, solo tienen 3. El candidato que gana un estado se lleva todos los votos electorales de ese estado, independientemente de la diferencia en el margen de victoria.
El candidato que alcanza 270 o más votos electorales se convierte en presidente.
El Colegio Electoral tiene un total de 538 votos, por lo que 270 son necesarios para ganar. Este sistema puede dar lugar a situaciones donde un candidato puede ganar la mayoría de los votos populares a nivel nacional, pero perder las elecciones debido a que no obtiene la mayoría de los votos electorales. Esto ocurrió, por ejemplo, en 2016, cuando Donald Trump ganó la presidencia a pesar de que Hillary Clinton recibió casi tres millones de votos más a nivel nacional.
¿Por qué se eligió este sistema?
Los redactores de la Constitución optaron por el Colegio Electoral debido a la dificultad de realizar un conteo nacional de votos en la época de la creación del país, en 1787. Además, el sistema era atractivo para los estados del sur, donde los esclavos no podían votar, pero se les contaba para determinar la población, lo que les otorgaba una influencia desproporcionada en el Colegio Electoral.
Las ventajas y desventajas del Colegio Electoral
El sistema tiene sus ventajas y desventajas. Entre las ventajas, se destaca que los estados más pequeños siguen siendo importantes para los candidatos, ya que sus votos electorales pueden determinar el resultado de la elección. Además, facilita el recuento de votos.
Sin embargo, entre las desventajas, destaca que el ganador del voto popular a nivel nacional puede perder la elección. Además, algunos votantes sienten que su voto no tiene importancia ya que el sistema se centra en los estados "péndulo", que son los que pueden inclinar la balanza en una elección.