El servicio de rescate israelí confirmó la muerte de dos personas, un hombre de 30 años y una mujer de 60, en un suburbio de Haifa. El ataque ocurrió mientras un grupo de personas cosechaba olivos en un campo, donde aterrizaron cerca de 25 cohetes lanzados desde Líbano.
Este incidente, el más mortífero desde la invasión israelí al sur del Líbano, ha generado incertidumbre sobre el futuro de la región. El momento del ataque, coincidiendo con la presencia de diplomáticos estadounidenses en la zona para impulsar un cese al fuego, añade una capa de complejidad a la situación.
Hezbollah, el grupo político-paramilitar libanés, ha intensificado sus ataques contra Israel desde que Hamás, desde la Franja de Gaza, inició la guerra el pasado 7 de octubre de 2023. Ambos grupos están respaldados por Irán.
El conflicto se intensificó el mes pasado cuando Israel lanzó una oleada de ataques aéreos en Líbano, acabando con la vida del líder de Hezbollah, Hasán Nasrala, y la mayoría de sus colaboradores.
Las fuerzas terrestres israelíes avanzaron hacia el territorio libanés a principios de octubre. Metula, la ciudad más septentrional de Israel, fue evacuada en octubre de 2023, permaneciendo únicamente fuerzas de seguridad y trabajadores agrícolas.
La Línea Directa para Refugiados y Migrantes, una organización que defiende los derechos de los trabajadores extranjeros, ha acusado a las autoridades de poner en riesgo a los trabajadores al permitirles trabajar en la frontera sin protección adecuada.
El recién nombrado líder de Hezbollah, el jeque Naim Kassem, ha afirmado que el grupo seguirá luchando contra Israel hasta que se le ofrezcan condiciones de cese al fuego aceptables.
La situación en la frontera se mantiene incierta, con ambos bandos intensificando sus acciones militares.