Pero no se trata de una clase de coreano, como podría pensarse. Los alumnos, pertenecientes al pueblo indígena cia-cia, están aprendiendo a escribir su propia lengua, que ha sobrevivido únicamente de forma oral durante siglos. Su herramienta: el hangul, el alfabeto coreano.
La historia de la lengua cia-cia, hablada por unas 93.000 personas en la isla de Buton, es un ejemplo de la rica diversidad lingüística de Indonesia, un país con más de 700 lenguas nativas. "La lengua es la riqueza de una comunidad, un legado," afirma Amirul Tamim, antiguo alcalde de Baubau, quien ha liderado los esfuerzos por preservar la lengua cia-cia. "La lengua muestra la civilización de un pueblo, y una lengua sin alfabeto propio pierde su autenticidad."
La búsqueda de una escritura para la lengua cia-cia ha sido un viaje largo. Se intentó utilizar el alfabeto árabe, pero no era adecuado. En 2009, tras una visita de académicos surcoreanos, se optó por el hangul.
Abidin, un hablante nativo de la lengua cia-cia, se convirtió en un pionero de la transcripción al hangul tras un periodo de formación en la Universidad Nacional de Seúl. "Después de aprender hangul, me di cuenta de que hay ciertos tonos y pronunciaciones en cia-cia que podían denotarse con caracteres hangul," explica Abidin. "Tomamos prestado el hangul para preservar nuestra lengua. Mezclamos y combinamos el alfabeto antiguo y el moderno, y eso lo hace único."
Aunque algunos critican el uso del hangul por temor a la dominación cultural o la distorsión de la identidad, otros argumentan que la mezcla internacional puede ser beneficiosa. "La cultura de Indonesia es diversa y resistente," afirma Amirul. "No nos cerremos a la entrada de otras culturas. Tenemos los medios para preservar nuestra lengua tradicional, ¿por qué permitiríamos que se extinga?"
La enseñanza del hangul en Baubau ha tenido sus altibajos, pero la publicación de un diccionario cia-cia en 2020 ha impulsado el proyecto. Hoy en día, los nombres de las calles, escuelas e instalaciones públicas se muestran en hangul, y se han elaborado libros de texto para enseñar la escritura coreana a los alumnos de cuarto a sexto grado.
"Es fácil aprender el hangul porque ya estamos familiarizados con las palabras, pues lo hablamos en casa," comenta Nurfin, de 24 años, una de las mejores alumnas de su clase de hangul.
Sin embargo, la lengua cia-cia sigue siendo principalmente oral. El hangul, aunque un paso importante, no ha logrado penetrar de manera profunda en la comunidad. La presión de la bahasa indonesia, la lengua nacional, también es una amenaza para la supervivencia de la lengua cia-cia.
"Es bueno tener una forma escrita de la lengua, pero lo más importante es que se hable y se utilice en la vida cotidiana," subraya Djunuddin, un anciano cia-cia. "Los niños de hoy ya no hablan cia-cia. Están tan acostumbrados a utilizar la bahasa indonesia que solo nosotros, la generación mayor, seguimos hablándolo."
El temor al futuro de la lengua ha impulsado a los ancianos y los académicos a trabajar juntos para preservar la lengua cia-cia. Se recopilan palabras nativas, se escriben en hangul y se transmiten a las nuevas generaciones a través de cuentos populares y la promoción del uso de la lengua en el hogar.
"Cuando una lengua se extingue, también desaparece la identidad, la sabiduría local de ese pueblo," destaca la socióloga La Ode Alirman, quien vive en Baubau. "Al documentar nuestros cuentos populares, logramos transmitir nuestra sabiduría local, la historia de nuestros antepasados, nuestra memoria y la identidad de la comunidad a la próxima generación para que la conserven."