Las inundaciones que azotaron España en octubre dejaron una huella imborrable, no solo en la memoria de los afectados, sino también en el fondo del Mediterráneo. Mientras la vida en las ciudades devastadas lentamente empieza a recuperar su ritmo, la búsqueda de los desaparecidos continúa.
El Ramón Margalef, un barco de investigación español dedicado a la exploración marina, se ha visto obligado a cambiar de rumbo. Su objetivo ahora es encontrar los vehículos que fueron arrastrados al mar por la fuerza descomunal del agua. Su misión: mapear un área de 36 kilómetros cuadrados, buscando pistas que permitan dar con los cuerpos de las víctimas.
El equipo del Ramón Margalef, liderado por el biólogo marino Pablo Carrera, utilizará sensores avanzados y un robot sumergible para escanear el fondo marino. La tarea no es sencilla: las aguas turbias y la profundidad del mar complican la búsqueda.
"Sería como encontrar una aguja en un pajar", asegura Carrera, destacando la dificultad de la misión.
El barco se unirá al equipo de búsqueda de la policía y los militares, que ya han inspeccionado las zonas afectadas en tierra. La Albufera, un lago y parque natural cerca de Valencia, es una de las primeras zonas que explorarán, ya que recibió gran parte del agua de las inundaciones.
El Ramón Margalef no solo se centrará en encontrar vehículos, sino también en evaluar el impacto de las inundaciones en el ecosistema marino.
El cambio climático, que ha provocado sequías y temperaturas extremas, es una de las causas que magnificaron el impacto de las inundaciones en España. "Nunca habíamos visto una tormenta otoñal de esta intensidad", afirma Carrera, reconociendo la gravedad del evento y la necesidad de prepararse para los desafíos que el cambio climático nos presenta.