Ahora, tras la confirmación de su candidatura a la presidencia de Estados Unidos, Trump ha anunciado que su próximo gobierno implementará una estrategia de deportación a gran escala. Para llevar a cabo esta operación, ha nombrado a Thomas Homan, su exdirector interino del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), como el "zar de la frontera".
Homan, un reconocido defensor de políticas migratorias restrictivas, tendrá la responsabilidad de supervisar las fronteras sur y norte, así como la "seguridad marítima y aérea". Además, estará a cargo de "toda la deportación de extranjeros ilegales de vuelta a su país de origen", un objetivo central de la agenda de Trump.
Aunque la estrategia se presenta como una operación "humana", Homan ha advertido que no se utilizará al ejército para localizar y detener a migrantes en Estados Unidos. El ICE, bajo su liderazgo, se encargará de llevar a cabo los planes de Trump de una manera "bien dirigida y planificada".
La promesa de Homan de realizar la deportación más grande de migrantes en la historia de Estados Unidos ha desatado preocupación entre las comunidades inmigrantes, quienes temen por su futuro en el país. La estrategia, además de ser un desafío para el gobierno mexicano, podría generar una crisis humanitaria en la frontera, donde miles de personas podrían ser obligadas a regresar a sus países de origen.