El tema central de la disputa era una canción emblemática, un himno que se había convertido en un referente de la cultura popular. La banda acusaba al nuevo presidente electo de usarla sin permiso en sus campañas políticas, generando un debate sobre la utilización de música en eventos de alto perfil.
El nombre de la banda, The White Stripes, y la canción, "Seven Nation Army", se hicieron eco en los medios internacionales, mientras que la figura de Donald Trump, quien había utilizado la canción para promocionar sus eventos, era blanco de críticas por parte de algunos sectores de la población.
La demanda presentada en un tribunal federal de Manhattan por la banda, buscaba no solo proteger sus derechos de autor, sino también mostrar su rechazo a las políticas del nuevo presidente. Sin embargo, la decisión final sorprendió a muchos: la banda decidió retirar la demanda, dejando la controversia abierta a interpretaciones.