Un estudio reciente, publicado en la revista científica Nature Communications, analiza 375 millones de interacciones en 'X' durante un día de septiembre de 2022. El estudio, realizado por la escuela de negocios City St. George’s y el instituto Alan Turing, abarca nueve países: Canadá, Francia, Alemania, Italia, Polonia, España, Turquía, Reino Unido y Estados Unidos. La conclusión es contundente: X es una plataforma donde se fomenta el "abuso político", y este se manifiesta en una dinámica de aliados y enemigos.
El estudio destaca un fenómeno preocupante: las publicaciones que mencionan a los oponentes políticos son más tóxicas que las que se refieren a los aliados. Esta toxicidad se manifiesta en la conversación política más que en cualquier otro ámbito.
España no escapa a esta realidad, a pesar de su sistema multipartidista. El estudio muestra que, la izquierda y la derecha se agrupan en bandos y utilizan mensajes abusivos para atacar a sus oponentes.
El estudio pone en evidencia que 'X', al facilitar la comunicación entre grupos de diferente ideología, no promueve el diálogo constructivo, sino la polarización y la violencia. Este fenómeno se conoce como "polarización afectiva", donde los partidarios de una ideología solo expresan emociones negativas hacia los miembros de partidos políticos opuestos.
La creciente preocupación por el impacto de 'X' en la democracia ha llevado a algunos usuarios a buscar alternativas. El periódico The Guardian ha cerrado todas sus cuentas en la plataforma, acusándola de ser "tóxica". El festival internacional de cine de Berlín (Berlinale) también ha anunciado su despedida de 'X' a finales de año.
Las alternativas a 'X', como Threads y Bluesky, están experimentando un crecimiento exponencial. Sin embargo, la falta de transparencia por parte de Musk, tras la adquisición de la plataforma, dificulta el acceso a la información necesaria para comprender la evolución de la conversación política en línea.
La investigación es un recordatorio de la responsabilidad que tienen las plataformas digitales en la construcción de un espacio público sano y democrático. La polarización y la toxicidad que 'X' fomenta representan una amenaza para la convivencia y la democracia, por lo que es fundamental que las plataformas como 'X' tomen medidas para contrarrestar estos efectos negativos y asegurar un uso responsable de su espacio.