La reunión trilateral entre Estados Unidos, Japón y Corea del Sur cobra especial relevancia en un contexto de tensiones geopolíticas. Biden enfatizó la importancia de esta alianza como respuesta a las amenazas de Corea del Norte y otros actores desestabilizadores en la región del Indo-Pacífico.
La colaboración entre Corea del Norte y Rusia ha generado alarma en la comunidad internacional. La confirmación de que Pyongyang ha enviado tropas para apoyar la invasión rusa en Ucrania, junto con los continuos desarrollos nucleares de Kim Jong-un, representan un serio riesgo para la seguridad global.
"La alianza entre Estados Unidos, Japón y Corea del Sur es crucial para enfrentar estos desafíos. Estamos trabajando para garantizar su continuidad más allá de mi mandato", enfatizó Biden.
Como resultado de esta cumbre, la Casa Blanca anunció la creación de una secretaría para formalizar la alianza, un paso hacia su institucionalización. Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional, se mostró confiado en que esta alianza perdurará, incluso en un escenario político incierto.
La rivalidad con China y la posible regreso de Donald Trump a la presidencia añaden complejidad a la situación. La política de "América Primero" de Trump ya había generado tensiones con los aliados tradicionales. Sin embargo, los analistas sugieren que su enfoque hacia la seguridad en Asia podría alinearse con la postura firme contra China que promueven algunos funcionarios de su potencial gabinete.
Las cumbres APEC y G20, en las que Biden participa activamente, se dan en un momento de alta volatilidad política. La victoria de Trump en las elecciones ha cambiado el panorama, y su regreso podría redefinir las relaciones internacionales. No obstante, la apuesta de Biden por fortalecer las alianzas indica que la estrategia de contención y cooperación seguirá siendo una prioridad en la política exterior estadounidense, independientemente de los cambios políticos.