Roberson, cuyo nombre completo no ha sido revelado, fue condenado a muerte basándose en alegaciones de que su hija, Nikki Curtis, murió de síndrome del bebé sacudido. Sin embargo, sus abogados argumentan que este diagnóstico es incorrecto.
La abogada de Roberson, Gretchen Sween, solicitó al estado que se abstuviera de fijar una nueva fecha de ejecución, citando la abrumadora nueva evidencia de inocencia
. Sween enfatizó que incluso el ex detective principal del caso ahora cree que su cliente fue apresuradamente y erróneamente juzgado como culpable
.
Los abogados defensores han sido críticos del diagnóstico, argumentando que es simplista y no considera los diversos factores involucrados. Sween describió a su cliente como un padre autista que luchaba por explicar la compleja condición médica de su hija, algo que tomó años a especialistas médicos en descubrir
. Además, añadió que ningún texano quiere que se ejecute a un hombre inocente
.
El apoyo a Roberson ha crecido y ahora incluye a:
- Brian Wharton, el ex detective del caso.
- Más de 30 científicos y expertos médicos.
- Un grupo bipartidista de más de 80 legisladores de Texas.
- Grupos de defensa del autismo.
- El autor John Grisham.
El caso de Roberson ha generado un intenso debate y ha llamado la atención sobre los desafíos en el diagnóstico del síndrome del bebé sacudido. La decisión de la Corte Suprema de Texas de permitir una nueva fecha de ejecución ha provocado preocupaciones de que un hombre inocente pueda ser ejecutado, lo que ha llevado a un creciente apoyo para que se reconsidere su condena.