Según el Pew Research Center, casi el 40% de los divorciados en Estados Unidos pertenece a la franja de edad de 50 años o más. Este aumento en las tasas de separación se ha duplicado, mientras que los divorcios entre los más jóvenes han disminuido. Las razones detrás de esta tendencia son variadas, incluyendo:
- Conflictos acumulados a lo largo de los años.
- El deseo de buscar una vida más independiente.
- La mayor esperanza de vida y el acceso a ingresos propios por parte de las mujeres.
Desde 1990, las tasas de divorcio entre personas mayores de 50 años han aumentado notablemente, y para aquellos mayores de 65 años, la cifra se ha triplicado. En 2019, el 36% de los divorciados tenía más de 50 años. Las estadísticas del Gobierno de Estados Unidos revelan que en 2022 se registraron 673,989 divorcios, contrastando con 2,065,905 matrimonios. Aunque la creencia de que la mitad de los matrimonios terminan en divorcio es errónea, el 43% de los primeros matrimonios sí fracasan, cifra que aumenta en segundos y terceros matrimonios.
El vínculo entre la economía y el divorcio es evidente, ya que las parejas con ingresos bajos enfrentan tasas más altas de separación. Por ejemplo, el 46% de las personas que viven por debajo del nivel de pobreza se han divorciado, en comparación con tasas mucho menores entre quienes tienen ingresos altos. Además, el nivel educativo juega un papel crucial en la estabilidad matrimonial.
Las causas del divorcio son variadas, siendo la falta de compromiso la razón más citada, seguida por la infidelidad y el abuso doméstico. Un dato interesante es que el 69% de los divorcios son iniciados por mujeres, lo que indica una mayor disposición a buscar soluciones cuando la relación ya no es satisfactoria.
El impacto del divorcio no es uniforme; las mujeres suelen enfrentar una reducción significativa en su calidad de vida debido a la división de activos y la pérdida de ingresos compartidos. Expertos advierten que mantener la propiedad familiar puede ser un error financiero, ya que limita la liquidez necesaria para gastos cotidianos. Además, factores culturales también influyen en la decisión de divorciarse, ya que las personas con amigos divorciados tienen un 75% más de probabilidades de seguir el mismo camino.
Para quienes atraviesan un divorcio en la tercera edad, es fundamental involucrarse activamente en las decisiones financieras del hogar. Entre las recomendaciones clave se encuentran:
- Acceso a cuentas propias: Tener fondos independientes es crucial para evitar depender exclusivamente de las finanzas compartidas.
- Acuerdos prematrimoniales y postmatrimoniales: Estos documentos pueden ofrecer protecciones específicas en caso de separación.
- Aprovechar los beneficios del Seguro Social: Las mujeres pueden reclamar beneficios basados en el historial laboral de sus exesposos si estuvieron casadas por al menos 10 años.