Según fuentes cercanas a la negociación, el acuerdo establece un alto el fuego inicial de dos meses, durante el cual las fuerzas israelíes se retirarán de Líbano y Hezbollah cesará su presencia armada al sur del río Litani, a unos 18 kilómetros de la frontera con Israel. El ejército libanés desplegará miles de soldados en las áreas evacuadas por las fuerzas israelíes, junto con la fuerza de observadores de la ONU que ya se encuentra en el lugar.
Además, se ha acordado que no se establecerá una zona de seguridad israelí dentro de Líbano, similar a la que Israel ocupó desde 1982 hasta 2000. Las tropas israelíes se retirarán completamente a la frontera internacional. Los civiles libaneses también podrán regresar a sus hogares en los pueblos y ciudades del sur de Líbano que evacuaron.
Según un informe de la cadena de televisión israelí Channel 12, Líbano se ha comprometido a supervisar todas las compras y producción de armas en el país para asegurarse de que nada llegue a Hezbollah. El grupo terrorista ha estado contrabandeando grandes cantidades de armas desde Irán y ha establecido fábricas de producción de misiles.
Los funcionarios israelíes han exigido garantías adicionales para asegurarse de que las armas de Hezbollah sean retiradas de la zona fronteriza. Un acuerdo paralelo establece que Israel tiene derecho a responder a amenazas inmediatas, lo que ha sido un punto de disputa en las negociaciones. El acuerdo también establece que Estados Unidos y Francia participarán en el comité internacional que supervisará la implementación del acuerdo.
El acuerdo ha sido bien recibido por la mayoría de los políticos y funcionarios de defensa israelíes, aunque algunos han expresado preocupaciones sobre las implicaciones estratégicas y la posible reacción de Hamas en Gaza. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha dicho que el acuerdo dejará a Hamas aislado en Gaza y aumentará las posibilidades de un acuerdo de intercambio de prisioneros.