La tensión entre Rusia y Estados Unidos se ha vuelto a manifestar en una reunión de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) en La Haya, donde se discutió el uso de sustancias tóxicas en Ucrania. La subsecretaria de Control de Armas y Seguridad Internacional de EEUU, Bonnie Jenkins, expresó su horror por la escala y frecuencia del uso de agentes antidisturbios por parte de Rusia contra las fuerzas ucranianas.
Por otro lado, el representante ruso, Kirill Lysogorsky, culpó a Kiev del uso "sistemático de sustancias químicas tóxicas" contra las fuerzas rusas. La OPAQ publicó un informe que confirma la presencia del compuesto químico tóxico 2-Clorobencilidenomalononitrilo, conocido como CS, en un incidente en la región de Dnipro el pasado 20 de septiembre.
Según la organización, el equipo de expertos recopiló documentación y archivos digitales, tomó testimonios de testigos y recibió tres muestras recolectadas por Ucrania. Los análisis realizados por laboratorios designados confirmaron que las muestras del proyectil de granada y de suelo recogidas contienen el agente antidisturbios CS, cuyo uso como método de guerra está prohibido bajo la Convención sobre las Armas Químicas.
El director de la OPAQ, Fernando Arias, recordó que todos los países firmantes de la Convención han declarado que cualquier uso de armas químicas es totalmente inaceptable y violaría las normas legales y estándares de la comunidad internacional. Jenkins aseguró que el uso de gases lacrimógenos en el frente "no ha sido un secreto" y señaló que esto está "bien documentado" por diferentes partes.
Por otro lado, Lysogorsky habló de "propaganda" y acusó a Ucrania de ser quien está haciendo uso de esas sustancias prohibidas contra soldados y civiles rusos. Aseguró que Moscú tiene "pruebas irrefutables" de ello, analizadas por laboratorios rusos, e instó a "castigar a los perpetradores".
En general, el gas lacrimógeno CS es aceptado como una sustancia que no es letal, pero su uso fuera de contextos en los que se busca el control de disturbios, como en el campo de batalla, se considera un "método de guerra" y está prohibido por la Convención. Los efectos de esta sustancia incluyen irritación de los ojos, las vías respiratorias y la piel.
Los 193 países miembros de la OPAQ se reúnen esta semana en La Haya en una conferencia anual en la que se decide, entre otras cuestiones, el presupuesto de la organización.