El oficial Shelby Kennedy estaba al volante, transportando a un sospechoso arrestado al Centro de Procesamiento Conjunto. Su compañero, el oficial Joshua Rosales, estaba sentado en el asiento del pasajero. "¡Guau! ¡Guau! ¡Guau! ¡Oh, Dios mío! ¿No los viste?", exclamó Rosales mientras el vehículo se acercaba a un grupo de personas en la calle.
La víctima, Desire Pool, de 41 años, no logró saltar a tiempo y fue atropellada fatalmente. Su madre, Patricia Barnes, se encuentra devastada por la noticia y cuestiona la actuación del oficial Kennedy. "¿Qué estaba haciendo ella que no vio a esas personas en la calle?", preguntó Barnes. "Su pasajero los vio, y ni siquiera estaba manejando".
La investigación del accidente aún está en curso, pero lo que ha generado indignación en la familia de la víctima es que el oficial Kennedy ha vuelto a trabajar después de haber sido puesto inicialmente en licencia administrativa. La policía de Houston confirmó que esto es parte del protocolo y no significa que el oficial haya sido absuelto de cualquier delito.
La familia de Desire Pool está considerando emprender acciones legales y busca justicia por la muerte de su ser querida. "No voy a dejar que esto pase. Era una madre, una hermana, una hija, una prima, una amiga", dijo Barnes.
El caso ha generado un gran impacto en la comunidad y ha generado un debate sobre la responsabilidad de los oficiales de policía en situaciones como esta. La velocidad a la que conducía el oficial Kennedy en el momento del accidente aún no ha sido revelada, pero se sabe que el límite de velocidad en la zona es de 35 mph.