Según los vecinos, la fiesta en la casa de la cuadra 3500 de West 59th Street era una gran reunión con música y personas entrando y saliendo. Sin embargo, la situación se volvió trágica cuando se escucharon disparos. "Se escucha música y gente entrando y saliendo, fumando y con bebidas en las manos", dijo El Towers, un vecino que presenció la escena.
La policía de Chicago acudió a la casa poco después de las 2 p. m. del lunes y encontró a ocho personas con heridas de bala. Un hombre de 26 años y otro hombre sin identificar murieron en el lugar, mientras que un tercer hombre murió en el hospital. Las víctimas heridas fueron trasladadas a diferentes hospitales de la ciudad, donde se encuentran en estado crítico o buenas condiciones.
Los investigadores aún no han determinado un motivo para el tiroteo ni si un sospechoso resultó herido. Sin embargo, los vecinos aseguran que esta violencia es solo el último crimen que afecta a esta comunidad del suroeste. "Descansen en paz las víctimas y mis condolencias a la familia y espero que la ciudad de Chicago pueda combatir el crimen porque ha sido así desde que era un niño y las cosas no han cambiado aquí", dijo Towers.
El subdirector del CPD, Jon Hein, aseguró que la policía está trabajando para resolver el crimen y encontrar a los individuos responsables. El alcalde Brandon Johnson también se pronunció sobre el incidente, asegurando que su oficina está trabajando en estrecha colaboración con la policía para garantizar que los responsables rindan cuentas.
Las autoridades aún no han identificado oficialmente a las víctimas ni han detenido a nadie en relación con el tiroteo. La investigación sigue en curso.