El brote, que se identificó por primera vez en octubre, estuvo relacionado con cebollas cortadas en rodajas contaminadas que se sirvieron en hamburguesas Quarter Pounder de McDonald's.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), el brote enfermó a 104 personas en 14 estados, lo que provocó 34 hospitalizaciones y una muerte. Los funcionarios de salud federales vincularon el brote a las cebollas amarillas distribuidas por Taylor Farms, que inmediatamente emitió un retiro voluntario de las cebollas.
McDonald's siguió el ejemplo y retiró el producto retirado de sus restaurantes en los estados afectados antes de encontrar un proveedor alternativo de cebollas en rodajas para cientos de sus restaurantes. "Los CDC y la FDA confirmaron que sus respectivas investigaciones sobre E. coli en McDonald's han sido cerradas", dijeron los funcionarios de la cadena de comida rápida en un comunicado.
De los 104 casos reportados, casi el 99% de los pacientes entrevistados dijeron que habían comido en McDonald's antes de enfermarse, y el 84% recordó específicamente haber consumido platos del menú que contenían cebollas en rodajas. Colorado y Montana reportaron el mayor número de casos, y cada estado registró entre 16 y 30 enfermos.
Los síntomas de la infección por E. coli pueden variar desde calambres estomacales intensos y diarrea hasta complicaciones potencialmente mortales como insuficiencia renal. Los funcionarios federales y estatales enfatizaron la importancia de que los proveedores de servicios de alimentos sigan prácticas seguras de manipulación y limpieza para evitar la contaminación cruzada.
Las pruebas adicionales realizadas a las cebollas retiradas del mercado no detectaron la cepa específica del brote, pero las pruebas apuntaron a que las cebollas amarillas eran la fuente probable, dijeron los funcionarios. Los CDC confirmaron que no hubo nuevas enfermedades vinculadas a McDonald's después de sus acciones en octubre.
Se instó a los restaurantes que pudieran haber comprado las cebollas contaminadas a no servirlas y a desechar los productos congelados. La FDA afirmó que es poco probable que se hayan vendido cebollas contaminadas a tiendas de comestibles o directamente a los consumidores.