Según el Pew Research Center, en Estados Unidos viven aproximadamente 11 millones de inmigrantes indocumentados, de los cuales cerca del 50% trabajan en los campos agrícolas de California. Estos trabajadores desempeñan un papel vital en la economía de California, un estado que produce más de un tercio de las verduras y tres cuartas partes de las frutas y frutos secos del país.
Una de las trabajadoras, que ha laborado durante 20 años en el Condado de Ventura, expresó su preocupación ante la amenaza de deportación. "Si nos deportan, la situación en México es muy difícil. Hay mucha violencia", comentó. Además, enfatizó que el trabajo en los campos, como la cosecha de fresas, no es fácil y que los salarios, que rondan los 16 dólares la hora, no son suficientes para cubrir muchas necesidades.
Los agricultores advierten sobre las consecuencias devastadoras que tendría una deportación masiva de trabajadores agrícolas indocumentados en California. La industria agrícola del estado, que depende en gran medida de esta mano de obra, se vería gravemente afectada, lo que podría llevar al colapso del sistema alimentario estadounidense.
En respuesta a la amenaza de deportaciones, organizaciones que apoyan a los inmigrantes indocumentados, como el Proyecto de Organización Comunitaria Indígena Mixteco (MICOP), están trabajando para garantizar que estos trabajadores conozcan sus derechos. Algunos de los derechos básicos que tienen los trabajadores agrícolas incluyen:
- El derecho a un abogado
- El derecho a no proporcionar información personal a las autoridades
En California, el gobierno estatal ya está tomando medidas para proteger los derechos de los inmigrantes indocumentados. Se está preparando una sesión especial que asignará 25 millones de dólares para financiar demandas contra la posible administración de Trump, con el fin de defender a los trabajadores agrícolas y a otras comunidades vulnerables.