En una conferencia de prensa reciente, Eric Adams sorprendió a muchos al declarar que él y Tom Homan, el exdirector del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y designado "zar de la frontera" por el presidente electo Donald Trump, comparten objetivos en materia de inmigración.
Adams enfatizó que la seguridad debe ser una prioridad en la política migratoria, y que no se puede permitir que individuos peligrosos cometan repetidos actos violentos en las ciudades. Aunque se opone a políticas que afectan a los inmigrantes en general, su principal preocupación son aquellos con antecedentes criminales. "No podemos permitir que individuos peligrosos cometan repetidos actos violentos en nuestras ciudades", señaló el alcalde.
La ciudad de Nueva York continuará protegiendo los derechos de los inmigrantes que contribuyen positivamente a la comunidad, pero no será un "refugio seguro" para personas involucradas en actos violentos. Esta declaración se produjo en medio de un aumento significativo en la llegada de inmigrantes a la ciudad durante 2022 y 2023, lo que ha incrementado las tensiones locales sobre la seguridad y los recursos disponibles.
La reunión entre Adams y Homan se dio en un contexto de creciente preocupación sobre la presencia de inmigrantes indocumentados con antecedentes penales en Nueva York. El alcalde ha sido vocal sobre la necesidad de contar con apoyo federal para hacer frente a estos desafíos, especialmente ante la sobrecarga de los servicios locales. De hecho, el alcalde solicitó específicamente una conversación con Homan para discutir formas de abordar este problema.
Según Homan, las futuras acciones no serán "redadas en los barrios ni vehículos militares recorriendo la ciudad", sino intervenciones dirigidas a aquellos con antecedentes penales o involucrados en actividades criminales. La postura de Homan refleja el enfoque de la administración Trump, que busca focalizar los esfuerzos en deportaciones y persecución de inmigrantes con historial delictivo.
La reunión de Adams con Homan, aunque sorprendente dada la histórica reticencia de los demócratas hacia las políticas de inmigración de Trump, refleja una creciente presión en ciudades como Nueva York para equilibrar la protección de los derechos de los inmigrantes con la necesidad de garantizar la seguridad pública. Las políticas futuras, tanto a nivel local como federal, seguirán siendo un tema candente en los próximos meses, mientras se prepara la administración de Trump para asumir el control en enero de 2025.