La fuente de esos gritos provenía de un BMW estacionado en un complejo de apartamentos de la zona de 1601 Northeast 191st Street. Dentro del vehículo, una niña de 5 años se encontraba atada a su asiento de seguridad, llorando y gritando “¡Alguien ayúdeme!”. Una testigo, alerta ante la situación, llamó al 911, marcando el inicio de una historia que pondría a prueba la sensibilidad colectiva.
La intervención de la testigo fue fundamental. Según relató, logró calmar a la pequeña y ayudarla a liberarse del cinturón de seguridad antes de la llegada de la policía. La niña, en medio del llanto, logró proporcionar información clave: había estado con su madre en una fogata y se había quedado dormida durante el regreso.
Al despertar, se encontró sola, sin poder desabrocharse y con un profundo sentimiento de miedo y hambre. Esta información condujo a los oficiales a un apartamento cercano, donde encontraron a la madre, Valerie Victoria Vincente, de 33 años, en una situación impactante.
Los agentes encontraron a Vincente profundamente dormida, desnuda y aparentemente intoxicada. Una botella de vino vacía en el automóvil, mal estacionado y con una ventana parcialmente bajada, completaba el panorama. La escena, sin duda, hablaba por sí sola. El informe policial señala que la mujer se mostró poco cooperativa al ser confrontada y pidió la presencia de un abogado.
Vincente fue arrestada y trasladada al Turner Guilford Knight Correctional Center, acusada de negligencia infantil sin daños físicos graves. Las posibles sanciones, de acuerdo a la ley de Florida, son severas. Estas incluyen:
- Pena de prisión: Hasta 5 años de encarcelamiento.
- Libertad condicional: Hasta 5 años.
- Multas: Hasta $5,000.
Los reportes destacaron el estado de angustia de la menor al momento de su rescate, dejando al descubierto una realidad perturbadora. La historia finaliza con la niña a salvo y el proceso legal en marcha.