El caso que involucra a Ryan Wesley Routh, un hombre de 58 años, ha dado un giro inesperado. Routh, detenido el 15 de septiembre en un campo de golf de Florida propiedad del entonces candidato presidencial, Donald Trump, se enfrentaba inicialmente a un juicio en febrero de 2025.
Sin embargo, la jueza federal Aileen Cannon ha decidido aplazar el juicio hasta el 8 de septiembre de 2025. Esta decisión, tomada en respuesta a la solicitud de la defensa de Routh, se debe a la inmensa cantidad de evidencia digital que debe ser analizada. Según la defensa, se trata de información extraída de "18 teléfonos celulares, tres computadoras de mesa, tres tabletas y cinco discos duros, entre otros."
El incidente, ocurrido en el Trump International Golf Club en West Palm Beach, implicó un intento de asesinato mientras Trump jugaba golf. Aunque los detalles son escasos, los documentos judiciales indican que un agente del Servicio Secreto intervino antes de que Routh pudiera acercarse a Trump, resultando en una posterior persecución y arresto en la interestatal 95.
Routh enfrenta serios cargos federales, incluyendo intento de asesinato de un importante candidato presidencial, posesión de un arma de fuego para promover un delito violento y agresión a un funcionario federal. El 30 de septiembre, se declaró no culpable de estos cinco cargos. Una carta manuscrita de Routh, donde admite su intención y lamenta su fracaso, se ha convertido en evidencia clave en el caso. De ser declarado culpable, Routh podría enfrentar una pena máxima de cadena perpetua.
El aplazamiento del juicio genera incertidumbre, pero clarifica la complejidad del proceso judicial en casos con abundante evidencia digital, destacando la importancia de un debido proceso en situaciones de esta magnitud.