En Belén, cuna del cristianismo, la celebración navideña se vio opacada por la guerra en Gaza. El alcalde Anton Salman, describió la situación como una limitación de la alegría: "No armamos un árbol de Navidad… Queremos mostrar al mundo que Palestina sigue sufriendo por la ocupación israelí y la injusticia." Desfiles de scouts con pancartas de protesta –"Detengan el genocidio en Gaza"— acompañaron las festividades, un reflejo palpable de la realidad que contrasta con la tradición.
Mientras tanto, a miles de kilómetros de distancia, en el Vaticano, el Papa Francisco inauguraba el "Año Santo", un evento de gran envergadura que espera recibir a más de 30 millones de fieles en Roma durante 2025. La apertura de la "Puerta Santa" en la Basílica de San Pedro marcó el inicio de este Jubileo, un contraste significativo con la atmósfera de Belén.
El contraste no se limitó a Oriente Medio. En Alemania, la celebración se vio ensombrecida por un ataque terrorista en un mercado navideño de Magdeburgo, dejando un saldo de cinco muertos y más de 200 heridos. El presidente Frank Walter Steinmeier hizo un llamado a la unidad nacional en respuesta a este trágico evento.
Incluso en Siria, con las nuevas autoridades intentando tranquilizar a la población cristiana tras la caída de Bashar al-Asad, la Navidad reflejó las tensiones políticas. Manifestaciones en Damasco protestaron por la destrucción de un árbol de Navidad en Hama. "Si no nos dejan vivir nuestra fe cristiana, entonces ya no tenemos un lugar aquí," comentó un residente a la AFP.
No obstante, la Navidad también ofreció momentos de alegría y esperanza. En Estados Unidos, el tradicional seguimiento de Papá Noel por internet mantuvo viva la magia para grandes y pequeños. El general Gregory Guillot de la fuerza aérea incluso se encargó de calmar los ánimos tras los recientes sobrevuelos de drones que causaron pánico en la costa este.
Finalmente, en Francia, la misa de Navidad en Notre Dame de París, celebrada por primera vez desde el incendio de 2019, representó un símbolo de resiliencia y renovación. "Estoy feliz de regresar, es mágico," expresó un fiel estadounidense, reflejando el espíritu navideño a pesar de los desafíos.