Una reciente encuesta de WalletHub, realizada a 220 personas representativas a nivel nacional, arroja datos interesantes sobre el sentir de los estadounidenses. El 66% cree que sus finanzas mejorarán en 2025, un dato esperanzador que contrasta con el 20% que anticipa una situación más difícil y el 14% que espera que las cosas permanezcan igual.
Entre las resoluciones financieras más populares destacan: el ahorro (41%), la reducción del gasto (21%), el aumento de ingresos (20%) y la amortización de deudas (11%). Sin embargo, la realidad económica es más compleja y depende de factores externos.
"La inflación es, por mucho, la mayor preocupación", señala la encuesta, con un 56% de los encuestados identificándola como su principal temor para el próximo año. La posibilidad de una recesión, caída del mercado de valores o crisis inmobiliaria preocupan a menos del 20%, mientras que el desempleo es una inquietud para el 8%.
Analistas económicos como David Mericle, economista jefe de Goldman Sachs Research, ofrecen perspectivas optimistas. "La economía estadounidense se encuentra en una buena posición. Los temores de recesión han disminuido, la inflación se está acercando al 2%, y el mercado laboral se ha reequilibrado, aunque se mantiene sólido," afirma Mericle.
Por otro lado, Gregory Daco, economista jefe de EY-Parthenon, coincide en el crecimiento económico sostenido, atribuyéndolo a "un empleo y un crecimiento de los ingresos saludables, un consumo robusto y un fuerte impulso de productividad que ayuda a controlar las presiones inflacionarias." Sin embargo, advierte sobre la incertidumbre generada por posibles políticas fiscales de la nueva administración, como aranceles, deportaciones masivas y recortes presupuestarios.
Las proyecciones de Goldman Sachs apuntan a una baja probabilidad (15%) de recesión en 2025 y a un crecimiento económico anual del 2.5%. Deloitte, por su parte, si bien espera crecimiento, señala la incertidumbre debido a las posibles políticas proteccionistas y recortes en el gasto público.
En resumen, mientras el optimismo predomina, la incertidumbre persiste. La inflación sigue siendo el principal escollo para la mejora de la situación financiera de los estadounidenses de cara al 2025. Las políticas gubernamentales jugarán un rol crucial en el desarrollo de la economía durante el año entrante.