El reporte mensual de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) arrojó datos sorprendentes: durante noviembre de 2024, se registraron únicamente 46,610 detenciones de migrantes en los puertos de entrada de la frontera entre México y Estados Unidos. Esta cifra, comparada con el mismo mes de 2023, representa una considerable disminución del 76%.
Pero, ¿a qué se atribuye este descenso tan drástico? Según el funcionario superior de la CBP, Troy A. Miller, “nuestros esfuerzos de control intensificados, combinados con acciones ejecutivas y coordinación con México y los países centroamericanos en los últimos meses, están teniendo un impacto sostenido y significativo.” Estas restricciones al asilo, implementadas desde junio y reforzadas en septiembre de este año por la administración Biden, parecen estar jugando un papel fundamental.
El panorama completo incluye un total de 51,190 detenciones en la frontera suroeste durante noviembre, considerando también a quienes no tenían cita a través de la aplicación CBP One. Aun así, la cifra representa una reducción del 18% con respecto a las 61,420 detenciones de octubre. Es importante notar que la cantidad de personas liberadas por la Patrulla Fronteriza para esperar sus procesos judiciales ha bajado en un 70%.
Más allá de las cifras mensuales, el año fiscal 2024 (del 1 de octubre de 2023 al 30 de septiembre de 2024) muestra un incremento notable en las deportaciones: el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) completó más de 700,000 deportaciones y retornos. Esta cifra supera cualquier año fiscal desde 2010, incluyendo un aumento significativo de deportaciones a países distintos de México.
La situación, en resumen, presenta una complejidad que trasciende los simples números. Se observa una tendencia a la baja en las detenciones fronterizas, un dato que requiere un análisis exhaustivo considerando las políticas implementadas y las dinámicas regionales.