Pero antes de llegar a la figura central, recordemos que el sur de Estados Unidos albergaba un pasado marcado por la segregación racial, plasmado en las leyes Jim Crow. Estas leyes, que impusieron la separación entre blancos y negros en todos los aspectos de la vida, crearon una profunda desigualdad. Contra este telón de fondo surge la figura de Martin Luther King Jr.
Nacido como Michael King Jr. en Atlanta, Georgia, el 15 de enero de 1929, su nombre cambió a la edad de cinco años, un reflejo de la admiración de su padre por Martín Lutero. Su brillantez académica lo llevó a Morehouse College y posteriormente a estudios de teología, culminando con un doctorado en la Universidad de Boston en 1955. Ese mismo año, se casó con Coretta Scott, con quien tuvo cuatro hijos: Yolanda, Martin Luther III, Dexter Scott y Bernice King.
Su liderazgo en el movimiento por los derechos civiles comenzó a forjarse en Montgomery, Alabama, en 1955, tras el arresto de Rosa Parks. El boicot a los autobuses de Montgomery, liderado por King, duró 385 días y se convirtió en un hito crucial. Este evento, y otros como la formación de la Conferencia de Liderazgo Cristiano del Sur (SCLC), colocaron a King en el centro de la lucha por la igualdad, enfrentándose a numerosas amenazas y ataques a su vida.
El discurso "Tengo un sueño", pronunciado durante la Marcha sobre Washington en 1963, ante una multitud de 250.000 personas, se convirtió en un símbolo global de esperanza y un llamado a la justicia social. Este momento culminante, junto con su incansable lucha por los derechos civiles, lo llevó a recibir el Premio Nobel de la Paz en 1964.
Sin embargo, su activismo no se limitó a la lucha contra la segregación. King también denunció la guerra de Vietnam y abogó por la justicia económica, expresando su compromiso con una sociedad más justa e igualitaria. Su asesinato el 4 de abril de 1968, en Memphis, Tennessee, marcó un profundo impacto en la sociedad estadounidense y el mundo.
La celebración de su cumpleaños como día festivo federal en Estados Unidos, luego de una lucha que duró más de una década y enfrentó resistencia en algunos estados, refleja la evolución de su legado y el reconocimiento de su impacto trascendental en la historia. La peculiar coexistencia de su día festivo con el de figuras confederadas en algunos estados sureños, como Arkansas, Alabama y Mississippi, nos recuerda la complejidad de la reconciliación histórica y el largo camino por recorrer.
El legado de Martin Luther King Jr. continúa inspirando a generaciones, recordando la importancia de la lucha por la igualdad, la justicia y la no violencia como herramientas fundamentales para un cambio social significativo.