El Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) menciona que para quienes ingresaron con visa de inmigrante, la espera puede ser de hasta 90 días. Sin embargo, Elizabeth Uribe, abogada de inmigración en Uribe & Uribe APLC, aclara que esta es solo una pequeña parte de la historia. "Hay una gran diversidad de factores", afirma Uribe, desmitificando la idea de un proceso simple y lineal.
El USCIS establece varias categorías de elegibilidad:
- Parentesco familiar.
- Empleo.
- Inmigrantes especiales (religiosos, representantes de medios internacionales).
- Refugiados o asilados.
- Víctimas de trata o crímenes.
- Otras categorías.
La nacionalidad también juega un papel crucial. "De México, China, India o Filipinas, el proceso tarda más", explica Uribe, debido a la limitación de visas por país y la alta demanda. Un proceso familiar, idealmente, tarda meses. Pero la situación cambia dependiendo de cómo se ingresó al país: legalmente con visa de turista, o ilegalmente.
Si se ingresó legalmente con visa de turista pero se quedó, o se cuenta con el amparo de la Ley 245(i) (petición antes del 30 de abril de 2001), el trámite se realiza dentro de Estados Unidos. Si el ingreso fue ilegal, implica regresar al país de origen para una entrevista consular, con la posibilidad de necesitar un perdón por presencia ilegal, comúnmente conocido como el "castigo de 10 años", un periodo de negación de entrada al país que se puede conmutar bajo ciertas circunstancias, como estar casado con un residente o ciudadano.
Este perdón es complejo, y su dificultad explica por qué muchas familias con hijos ciudadanos mayores de edad aún no han podido regular su situación. El panorama migratorio, especialmente para las familias, es un proceso con muchos matices y variables, más allá de los plazos iniciales, que depende de cada caso individual y las circunstancias particulares.