La situación en la Franja de Gaza es crítica. Más de 45,500 muertos y un 6% de reducción en la población palestina en tan solo un año marcan la escalofriante realidad de este 2024. La guerra, que se prolonga por casi quince meses, ha dejado una huella imborrable en el territorio, y en particular en su sistema sanitario, “colocado al borde del colapso total,” según un reciente informe de la ONU.
El cierre del hospital Kamal Adwan, tras una redada israelí, es un símbolo más de la devastación. Su director, el Dr. Husam Abu Safiya, figura clave en la atención médica durante el conflicto, permanece desaparecido tras su detención por el Ejército de Israel. Organismos internacionales claman por su liberación. La ONU ha documentado al menos 136 ataques contra instalaciones médicas, resultando en la muerte de 500 trabajadores sanitarios, acciones que podrían constituir crímenes de guerra y contra la humanidad.
El cerco israelí se intensifica. La brigada Nahal, inicialmente desplegada en Rafah, ha sido trasladada al norte, hacia Beit Hanún, donde se ha ordenado una nueva evacuación de civiles. La capital, Ciudad de Gaza, que hasta ahora había logrado escapar de la peor parte del asedio, ahora también se encuentra bajo una creciente presión. El acceso de ayuda humanitaria a la zona está siendo sistemáticamente negado.
En la "zona humanitaria" de Mawasi, cientos de familias viven hacinadas en tiendas de campaña, expuestas a las inclemencias del tiempo y a constantes bombardeos. La UNRWA reporta al menos 100 tiendas inundadas y, lamentablemente, siete muertes –seis bebés y un joven– como consecuencia de las bajas temperaturas en la última semana. El recuento oficial del Gobierno gazatí es aún más desolador: 1413 familias desaparecieron completamente de los registros por la muerte de todos sus miembros, y 3467 familias casi en su totalidad.
La cifra de 2.1 millones de habitantes en Gaza refleja la disminución de la población en el enclave, una reducción de 160,000 personas este año, entre muertos y desplazados. El 2024 cierra con un panorama desolador, dejando a la población de Gaza en una situación de extrema vulnerabilidad y con un futuro incierto.