En el centro de la escena se encuentra HelloQuitX, una plataforma francesa que facilita la transferencia de cuentas de X (antes Twitter) a plataformas alternativas como Mastodon y Bluesky. Se reporta que aproximadamente 30,000 usuarios han realizado esta migración, un número significativo que coincide con la investidura de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, con Elon Musk formando parte de su gobierno. Esta coincidencia no es casualidad.
El fundador de HelloQuitX, David Chavalarias, explicó a EFE: “Son la nueva generación de redes sociales, con más posibilidades tanto para el usuario como para la investigación.” Sus palabras reflejan una creciente inquietud en Europa, particularmente en Francia, ante las políticas impuestas por Musk en X y su alineación percibida con el trumpismo.
La decisión no es aislada. Numerosas instituciones y figuras públicas francesas están abandonando X. Entre ellas se encuentra la ciudad de París, su alcaldesa Anne Hidalgo, y un grupo de 86 asociaciones dedicadas a la ayuda social y ambiental. Incluso el periódico Le Monde anunció su salida, citando “la intensificación del activismo” en favor de la línea política de Musk y la creciente toxicidad de la plataforma.
Este éxodo no se limita a Francia. Medios de comunicación como The Guardian y La Vanguardia ya habían abandonado X con anterioridad, tras la victoria electoral de Trump y el nombramiento de Musk. Benoît Piédallu, cofundador de HelloQuitX, considera que los representantes públicos que permanecen en X se enfrentan a un “error político”, afirmando que “X ha renunciado al debate, ahí la batalla está perdida de primeras.” Magali Payen, coordinadora internacional y cofundadora del proyecto, comparte esta visión.
Para Chavalarias, el aspecto crucial reside en la “libertad de elegir lo que vemos”. La migración masiva hacia plataformas alternativas representa una búsqueda de mayor transparencia y control sobre la información, en un contexto político global marcado por cambios significativos.