En este contexto, Amnistía Internacional (AI) ha emitido una declaración conjunta desde sus sedes en América, expresando su profunda preocupación por las posibles consecuencias de las políticas de la administración Trump en materia de derechos humanos. Ana Piquer, directora para las Américas de AI, ha sido una de las voces más contundentes en señalar los riesgos.
“Defenderemos los derechos humanos sin importar quién ocupe la Casa Blanca,” afirmó Piquer, subrayando el compromiso inquebrantable de la organización con la protección de los derechos fundamentales, independientemente de la ideología del gobierno en turno. Esta declaración sienta las bases para la crítica que AI ha realizado a las políticas del presidente.
Las áreas de mayor preocupación para AI se centran en varios puntos clave. La migración y la militarización se presentan como puntos críticos. Edith Olivares, directora de AI México, ha advertido sobre el potencial aumento de la militarización y los abusos a los derechos humanos en México como consecuencia de las políticas migratorias de Estados Unidos. Se teme una escalada de la violencia y una mayor vulnerabilidad de las poblaciones migrantes.
Además de la situación en México, AI también destaca la preocupación en otros países de la región. Rosalía Vega, directora de AI Paraguay, ha señalado el riesgo de que el discurso político de la administración Trump inspire la represión de la sociedad civil en otros países de Latinoamérica. La libertad de expresión y la independencia judicial son, según AI, elementos cruciales en riesgo.
El informe de AI no se limita a la migración. También aborda la situación de las mujeres y la comunidad LGBTIQ+, grupos que sufrieron retrocesos significativos durante el mandato anterior. La decisión de retirarse del Acuerdo de París sobre el cambio climático también es fuertemente criticada por Marina Navarro, directora de AI Perú, quien destaca el impacto desproporcionado en comunidades indígenas y jóvenes. Ella insiste en la urgencia de una transición energética justa y una participación activa de Estados Unidos en la COP30.
Finalmente, AI destaca la necesidad de que Estados Unidos retome un papel proactivo en la protección de los derechos humanos a nivel global. Voces como las de Lucía Pérez Chabaneau (AI Uruguay) y Rodrigo Bustos (AI Chile) han enfatizado la importancia de una solución liderada por Haití para su crisis de seguridad y la prevención de los discursos de odio en la región, respectivamente. La influencia global de Estados Unidos, según AI, exige una respuesta responsable y comprometida con los derechos humanos.