El protagonista de esta historia es Barron Trump, el hijo menor del presidente, quien a sus 18 años, lejos de la imagen pública del adolescente reservado, ha jugado un rol estratégico en la campaña de su padre. Su participación no se limitó a una simple presencia; fue un factor determinante en la conquista de un sector demográfico crucial.
Según declaraciones de Jason Miller, asesor principal de la campaña, “Barron ha estado muy involucrado en la selección y recomendación de varios podcasts que deberíamos hacer”. Esta afirmación revela una faceta desconocida del joven Trump: su capacidad para entender y conectar con las nuevas audiencias.
La estrategia, audaz y efectiva, consistió en la participación de Donald Trump en populares podcasts dirigidos a un público masculino joven, entre 18 y 28 años. Nombres como Joe Rogan, Theo Von y Logan Paul se convirtieron en plataformas para un mensaje renovado, aprovechando la influencia de estos espacios en un segmento de la población clave.
Los resultados hablan por sí solos. El Centro de Información e Investigación sobre Aprendizaje Cívico reporta un aumento significativo en el apoyo a Trump entre este grupo demográfico: un 56% en 2024, en comparación con el 41% de 2020. Esta diferencia porcentual, aparentemente pequeña, representa un cambio significativo en el panorama político.
Más allá de su influencia política, Barron Trump destaca por su perfil multicultural. Nacido el 20 de marzo de 2006 en Nueva York, domina el inglés y el esloveno, gracias a su madre, Melania Trump, e incluso estudió chino en su infancia. Recientemente se graduó de la academia privada Oxbridge en Palm Beach, Florida, y actualmente cursa estudios en la Stern School of Business de la Universidad de Nueva York.
A pesar de su papel en la campaña, y la cercanía a su padre en la Casa Blanca, Melania Trump ha enfatizado la autonomía de su hijo, afirmando a Fox News: “Lo que él quiera hacer está bien. Siempre respeto el sí y el no de Barron, y lo que le gusta hacer, dónde le gustaría estar”.
Barron Trump, desde su base en la Trump Tower en la Quinta Avenida, continúa con sus estudios universitarios, mientras que, silenciosamente, su influencia en el ámbito político parece crecer, planteando interrogantes sobre su futuro papel en el escenario público.