La tecnología, siempre presente, plantea desafíos que exigen soluciones creativas. La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, ha propuesto una medida radical: prohibir el uso de teléfonos celulares en las escuelas a partir del próximo ciclo escolar. Esta decisión, que requiere la aprobación de la legislatura, ha generado un intenso debate público y ha puesto sobre la mesa la creciente preocupación por las distracciones digitales en el entorno educativo.
La propuesta, según la gobernadora Hochul, busca mejorar la concentración de los alumnos y su bienestar mental. “No estamos desarrollando las habilidades que necesitamos porque los niños están distraídos con los teléfonos,” señaló Hochul en una conferencia de prensa. La dificultad para los profesores de competir con las distracciones digitales, incluyendo "bailes virales y mensajes de amigos, y a veces amenazas y acoso," fue otro punto clave de su argumento.
La iniciativa no es aislada. Al menos ocho estados de Estados Unidos ya han implementado medidas similares, ya sea prohibiendo o restringiendo el uso de dispositivos móviles en las escuelas. Otros tres gobernadores han propuesto recientemente restricciones similares. En Nueva York, se contempla una asignación presupuestaria de 13.5 millones de dólares para ayudar a las escuelas a implementar la prohibición, incluyendo sistemas de almacenamiento para los dispositivos.
Para minimizar las posibles dificultades, se ofrecerá flexibilidad a las instituciones educativas. Los distritos escolares decidirán la logística del almacenamiento y las reglas específicas. Se contemplan excepciones para estudiantes con necesidades médicas, discapacidades de aprendizaje o que no hablan inglés con fluidez. A pesar del apoyo de líderes del Congreso del estado, como Carl Heastie y Andrea Stewart-Cousins, la propuesta enfrenta la oposición de padres preocupados por la comunicación en casos de emergencia. Experiencias previas en ciudades como Nueva York, donde una propuesta similar se abandonó por las preocupaciones de los padres, ilustran la complejidad del tema.
La implementación de esta medida en Nueva York podría marcar un precedente significativo para otros sistemas educativos, incluyendo el mexicano. La discusión sobre el equilibrio entre la tecnología y el aprendizaje sigue abierta.