El protagonista de esta postal invernal es el río Hudson, arteria vital de la ciudad, que con sus 315 millas de longitud y sus 61.400 millones de toneladas de agua, se ha visto parcialmente cubierto por una capa de hielo. Este fenómeno, inusual en la actualidad, es producto de las temperaturas extremadamente bajas registradas este enero, el más frío de los últimos 13 años, según reportes meteorológicos.
Las redes sociales se han inundado con imágenes y videos de este impresionante paisaje. Toneladas de fotógrafos y videógrafos han capturado la belleza efímera del río Hudson congelado, un espectáculo que atrae la atención de todos. "Es algo que hay que ver antes de que el hielo desaparezca," comentan numerosos usuarios en redes.
Pero esta imagen idílica esconde un dato histórico relevante. El río Hudson, en el pasado, se congelaba con mucha mayor frecuencia. Este cambio se atribuye a varios factores, entre los que destacan el cambio climático y la salinidad del río. Un ejemplo sorprendente: en el invierno de 1917-1918, el río permaneció congelado durante 43 días consecutivos, alcanzando un grosor de 18 pulgadas. Los registros históricos incluso documentan el uso del río congelado como un improvisado "puente de hielo" por los neoyorquinos.
Otro evento similar se registró en el invierno de 1934. Estos episodios, aunque raros en la actualidad, recuerdan la capacidad del Hudson para transformarse ante las inclemencias del tiempo, dejando una huella inolvidable en la memoria colectiva de la ciudad.