El rumor, que corría como la pólvora entre los habitantes, hablaba de un evento trascendental, un cambio de rumbo en la tensa situación que había mantenido a la región en vilo durante semanas.
El foco de atención se centró en la plaza Saraya. Allí, según testigos de Al Jazeera y Al Arabiya, vehículos de Hamas llegaron para supervisar una operación que, a simple vista, parecía rutinaria. Sin embargo, su significado era profundo. Se trataba de la liberación de cuatro soldados israelíes: Karina Ariev, Danielle Gilboa, Naama Levy y Liri Albag, todas entre 19 y 20 años. Capturadas el 7 de octubre de 2023 en la base militar Nahal Oz, estas jóvenes habían pasado más de quince meses cautivas.
El Departamento de Recursos Humanos del Ejército israelí había establecido previamente “puntos de recepción inicial donde se brindará un sobre médico y acompañamiento personal”. “Después de eso, las retornadas serán trasladadas a hospitales y se reunirán con sus familias”, informó el Ejército israelí a través de X (antes Twitter).
Mientras tanto, la Oficina para Asuntos de Prisioneros Palestinos emitió un comunicado lacónico, anunciando haber detectado “ciertos defectos de forma en la lista” entregada por Israel sobre los presos palestinos que serían liberados a cambio. Se mencionaron errores en algunos nombres, los cuales fueron puestos en conocimiento de los mediadores internacionales.
Este intercambio, el segundo bajo el acuerdo de alto el fuego, se enmarca dentro de un proceso más amplio que abarcará cinco semanas. Se espera la liberación de un total de 33 rehenes y más de 1.900 presos palestinos. El primer intercambio, una semana antes, ya había devuelto a tres rehenes a sus hogares a cambio de la liberación de 90 prisioneros palestinos.
La escena en Gaza: un escenario en la plaza principal, decenas de militantes enmascarados y armados, las cuatro mujeres en uniformes militares, sonriendo, saludando. El mensaje, en hebreo, era claro: “El sionismo no prevalecerá”. En Tel Aviv, la escena era radicalmente opuesta: lágrimas de alegría, aplausos, banderas israelíes ondeando. El contraste geográfico y emocional reflejaba la complejidad del momento.
Adicionalmente, fuentes palestinas informaron que Israel liberaría a 200 prisioneros palestinos como parte del acuerdo, y que el desplazamiento de civiles palestinos por la guerra podría comenzar a resolverse con el retorno de personas al norte de la Franja de Gaza. El acuerdo, fruto de mediación de Qatar y Estados Unidos, también ha traído consigo un incremento en el flujo de alimentos, combustible y asistencia médica a Gaza, aunque la situación sigue siendo delicada con la incertidumbre generada alrededor de las operaciones de la UNRWA en territorio israelí. El proceso, complejo y con diversas aristas, representa un paso más en la búsqueda de una paz frágil y aún incierta.