Trump incumplió promesa: Precios de alimentos siguen altos

Recientemente, un debate sobre la capacidad de los líderes políticos para controlar estos precios ha vuelto a encender la llama del análisis. En Estados Unidos, durante la campaña electoral de 2024, Donald Trump prometió, rodeado de una llamativa exhibición de productos alimenticios, “Cuando gane, bajaré inmediatamente los precios, desde el primer día”. Esta promesa, repetida con insistencia, resonó entre los votantes afectados por la inflación. Sin embargo, pasado el periodo electoral, la realidad se mostró distinta.
Legisladores demócratas, en una carta dirigida al expresidente, señalaron la falta de cumplimiento de sus promesas. “En cambio, usted se ha centrado en las deportaciones masivas y en indultar a los atacantes del 6 de enero…”, se lee en el documento firmado por la senadora Elizabeth Warren y otros 20 congresistas. La carta critica la falta de políticas específicas para reducir los precios de los alimentos, contrastando con las promesas iniciales.
Incluso figuras cercanas a Trump, como el vicepresidente J.D. Vance, han admitido la dificultad para una reducción inmediata. “Los precios van a bajar, pero va a tomar un poco de tiempo”, reconoció Vance. Esta declaración contrasta con el discurso contundente de la campaña electoral.
Expertos económicos, como Tyler Schipper, profesor de la Universidad de St. Thomas, explicaron las complejidades de esta situación. “Ningún presidente es capaz de bajar los precios en una semana”, afirmó Schipper, destacando factores como la gripe aviar (que afectó la producción de huevos), sequías (impacto en el precio de la carne), y el clima severo en Sudamérica (afectando el precio del café). Estos, entre otros factores, complican la posibilidad de una reducción rápida y generalizada de los precios.
La propuesta de Trump de aumentar la producción petrolera nacional, como estrategia para controlar la inflación, también ha sido cuestionada. Si bien Estados Unidos produce una gran cantidad de petróleo, Schipper señala que “los incentivos (para perforar más) no son grandes para las compañías petroleras”. Además, aumentar la producción requiere tiempo.
El debate se extiende a otras áreas, como la regulación de la vivienda. Aunque Schipper reconoce el potencial de reducir la normativa para bajar los precios de las viviendas, este proceso también requiere tiempo y muchas de las regulaciones son a nivel estatal y municipal, fuera del alcance de la administración federal.
Mientras la inflación, aunque con tendencia a la baja, sigue siendo un problema, las propuestas para su control y las dificultades para su reducción inmediata continúan en el debate público, alimentando el análisis económico y político.