El viernes 31 de enero de 2025, el nombre de Donald Trump resonó con fuerza en los titulares de noticias. No se trataba de un nuevo escándalo, sino de una decisión drástica que sacudiría los cimientos del sistema judicial estadounidense. Decenas de agentes del FBI, involucrados en investigaciones relacionadas con el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 y en casos vinculados a Trump, se enfrentaban a la posibilidad de despido. La información, confirmada por fuentes dentro del Departamento de Justicia, causó conmoción.
Entre los afectados se encontraban agentes que participaron en la investigación sobre la presunta mala gestión de documentos clasificados por Trump, y aquellos que trabajaron en el procesamiento de aproximadamente 1,600 personas implicadas en el ataque al Capitolio. “Es una respuesta directa a las acusaciones del Presidente Trump contra el FBI,” comentó un analista político, quien prefirió el anonimato. Más de una docena de fiscales que trabajaron en los casos del 6 de enero también perdieron sus empleos.
La situación se complicó con la revelación de un memorando interno del Departamento de Justicia, obtenido por CNN. El documento, escrito por el Fiscal General Interino, James McHenry, indica que las decisiones de despido se basaron en la creencia de que “la confianza en la lealtad de los implicados para implementar la agenda del presidente era cuestionable”. En el correo electrónico, dirigido a aquellos empleados que estaban siendo destituidos, McHenry señala directamente su participación en la persecución penal del Presidente como la razón principal del despido. Esto generó una ola de incertidumbre y preocupación entre los empleados del Departamento.
En el FBI, la situación no es menos tensa. Se estima que al menos seis altos mandos se enfrentan a la orden de retiro, renuncia o despido. La situación se agrava con la nominación de Kash Patel, la elección de Trump para dirigir el FBI, quien, durante su audiencia de confirmación en el Senado, negó conocer los planes de despido. El FBI Agents Association emitió un comunicado expresando su preocupación por el debilitamiento de la agencia y las consecuencias negativas de esta purga.
El panorama presenta un panorama complicado en el que la tensión política se mezcla con la incertidumbre del futuro de la justicia estadounidense. La inquietud se extiende a todos los niveles, desde los agentes de campo hasta los funcionarios de alto rango. La pregunta que todos se hacen es: ¿cuál será el siguiente movimiento en este ajedrez político?