El lunes pasado, la tragedia golpeó nuevamente las costas de Queensland. Una joven de 17 años perdió la vida en las aguas de la isla de Bribie, específicamente en la playa de Woorim, un lugar popular entre turistas, ahora cerrado temporalmente.
Según reportes de la cadena ABC, la víctima sufrió un ataque de tiburón en la parte superior del cuerpo mientras nadaba. Este incidente ocurre apenas 35 días después de otra muerte por ataque de tiburón en la región, la de un hombre de 40 años en el parque nacional de las islas Keppel. "Este es el segundo incidente letal en Queensland en menos de dos meses," informó un vocero del gobierno.
La playa de Woorim, situada en el extremo sureste de la isla de Bribie, se caracteriza por ser una playa abierta, a diferencia de la costa oeste, más resguardada. Esta condición, según expertos, incrementa la probabilidad de encuentros con tiburones.
Estos eventos nos recuerdan la presencia de grandes depredadores en las aguas australianas. El gran tiburón blanco (Carcharodon carcharias) es una de las especies más temidas, junto con los cocodrilos. La Base de Datos Australiana de Incidentes con Tiburones de la Sociedad de Conservación Taronga registra más de 1230 ataques desde 1871, una cifra que pone en perspectiva la necesidad de precaución.
La información recabada indica que el número de ataques, aunque significativo a lo largo de la historia, sigue siendo relativamente bajo considerando la extensión de las costas australianas y la popularidad de sus playas. Sin embargo, estas tragedias recientes sirven como un recordatorio de los riesgos inherentes a la convivencia con la vida salvaje.
Las autoridades locales mantienen la investigación en curso, analizando las circunstancias del ataque para comprender mejor el comportamiento de los tiburones en la zona y para implementar medidas de seguridad que protejan a los bañistas. Se espera información adicional en los próximos días.