Dylan Bradshaw y Nate Norell, dos nombres que probablemente no conocías hace unas horas, son ahora la viva imagen del éxito. Este dúo de cineastas angelinos, amigos desde hace tiempo, ha roto barreras y alcanzado la cúspide en el mundo de la publicidad. Bradshaw, quien llegó a Los Ángeles en 2020 con “sin trabajo y un sueño”, y Norell, graduado en Artes Cinematográficas de la Universidad de Biola, han logrado algo extraordinario.
Su secreto: un comercial para Doritos. Pero no cualquier comercial; uno que se emitirá durante el Super Bowl LIX, uno de los eventos televisivos más vistos del año. Su creación, titulada “Abduction”, promete ser tan innovadora como su historia personal.
La trama gira en torno a la irresistible atracción de los Doritos, capaces de cautivar hasta a seres de otro planeta. “Nadie, ni siquiera los extraterrestres, puede resistirse al intenso crujido de los Doritos,” afirman los creadores, dejando entrever una producción llena de humor e ingenio.
El premio no se queda corto: un millón de dólares y un viaje con todos los gastos pagados a Nueva Orleans para disfrutar del Super Bowl. Todo gracias al concurso “Crash the Super Bowl” de Doritos, una plataforma lanzada en 2006 que ha dado alas a creativos durante años. El concurso desafía a los participantes a superar las propias producciones de la marca; entre los momentos más icónicos del pasado destacan el anuncio de la cabra de 2013, "Goat 4 Sale", y el clásico de 2010, "House Rules".
El anuncio "Abduction" se estrenará en el primer trimestre del Super Bowl, y un adelanto ya se encuentra disponible en DoritosCrash.com. La historia de Bradshaw y Norell no sólo es una anécdota publicitaria; es un ejemplo tangible del poder de la perseverancia y la pasión por convertir un sueño en realidad.