"El miedo a la criminalización o la deportación puede ser enorme", explica Paula Ávila Guillén, directora del Women's Equality Center. "Esos miedos llevan a las personas a evitar los servicios de salud y a las mujeres a dar a luz en casa, con el riesgo de complicaciones".
Texas tiene las prohibiciones de aborto más estrictas de Estados Unidos, restringiendo el procedimiento después de seis semanas y en casos de complicaciones médicas, lo que lleva a situaciones angustiosas para médicos y pacientes. "Los protocolos no son claros", dice Ávila Guillén. "En ocasiones, las mujeres terminan en cuidados intensivos antes de recibir servicios de aborto que podrían salvarles la vida".
Investigaciones han revelado muertes relacionadas con demoras en la atención a abortos espontáneos. En 2021, Joselin Barnica, una inmigrante hondureña, falleció debido a complicaciones obstétricas. Conscientes de estos temores, organizaciones como Planned Parenthood han formado alianzas con grupos comunitarios y consulados para garantizar a las migrantes que pueden confiar en los médicos.
También han revisado los protocolos de privacidad del paciente para proteger la información confidencial.Sin embargo, preocupa la posibilidad de futuras medidas gubernamentales que obliguen a los proveedores de atención médica a divulgar información privada.