Cadena perpetua por asesinato tras aborto: Caso González-Thompson
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El pasado mayo, en un estacionamiento de West Oak Cliff, la vida de Gabriella González, de 26 años, se apagó brutalmente. Un tiroteo dejó una escena desgarradora que desencadenó una investigación que revelaría una historia aún más compleja y perturbadora.
Las cámaras de seguridad registraron momentos previos al crimen. "El video muestra a Harold Thompson intentando estrangular a Gabriella", reza parte de la declaración jurada de la orden de arresto. A pesar de lograr escapar, González no pudo eludir su destino. Thompson, de 23 años, le disparó en la cabeza y continuó disparando varias veces más antes de huir de la escena.
La investigación policial desentrañó una intrincada red de relaciones y secretos. Se confirmó la relación entre Thompson y González, así como la existencia de una orden de arresto activa contra Thompson por estrangulamiento por violencia familiar. Un detalle crucial surgió: González había viajado recientemente a Colorado para interrumpir su embarazo, embarazo del cual se creía que Thompson era el padre.
Este detalle añadió una capa adicional a la tragedia. "Se cree que Thompson no quería que González abortara", según la declaración jurada. Esta revelación transformó el caso en un drama de proporciones devastadoras, mezclando violencia doméstica con un conflicto profundamente personal en torno al derecho a decidir sobre el propio cuerpo.
Tras un juicio esta semana, un jurado del condado de Dallas encontró culpable a Harold Thompson de asesinato. La sentencia fue la máxima posible: cadena perpetua. El peso de sus actos, y las consecuencias devastadoras de su elección, le acompañarán por el resto de su vida.