Avión venezolano incautado: Tensión entre EEUU y Venezuela
![like image](/assets/like.webp)
El foco de atención se centra en República Dominicana, donde un avión, un Dassault Falcon 200, con matrícula venezolana, ha sido el protagonista de una operación de alto perfil. Este avión, según información oficial, era utilizado por Delcy Rodríguez, vicepresidenta del gobierno de Nicolás Maduro.
La incautación, anunciada por el secretario de Estado, Marco Rubio, no ha sido un proceso sencillo. Requirió, según fuentes del Departamento de Justicia de EEUU, la firma de una solicitud de exención para cubrir más de $230,000 dólares en gastos de almacenamiento y mantenimiento. Esto, además de la aprobación de la justicia estadounidense, evidencia la complejidad burocrática que envuelve este tipo de operaciones internacionales.
El avión, que según el gobierno de Trump, ha sido utilizado para vuelos a países como Grecia, Turquía, Rusia y Cuba, se encontraba retenido desde el año pasado. Su confiscación, ahora consumada bajo la administración Trump, se justifica en supuestas violaciones de sanciones impuestas a Venezuela. "La incautación pone de relieve las visiones encontradas sobre Venezuela dentro del gobierno de Trump," señala un reporte interno, lo que refleja las tensiones internas en la política exterior estadounidense.
Este hecho ocurre en un contexto marcado por la reciente liberación de seis ciudadanos estadounidenses detenidos en Venezuela, un logro diplomático atribuido al enviado especial Richard Grenell. Esta liberación, junto con el acuerdo para vuelos de deportación desde EEUU, contrasta con la postura más dura adoptada por Rubio, quien impulsa una estrategia más agresiva hacia el gobierno venezolano.
No es la primera vez que aeronaves venezolanas son confiscadas. La administración Biden ya confiscó un avión el año pasado bajo la misma justificación. El gobierno de Maduro, por su parte, ha calificado estas acciones como "ilegales". La situación permanece tensa, con la incógnita sobre el futuro de los acuerdos migratorios y la posible afectación de las relaciones entre ambos países.
Mientras tanto, el futuro político de Venezuela sigue siendo incierto, con Edmundo González Urrutia, reconocido por Biden y Trump como el legítimo ganador de las elecciones, esperando aún una reunión formal con la nueva administración estadounidense. La narrativa, por lo tanto, continúa en desarrollo.