Hablamos de One Seaport, también conocido como Seaport Residences. Este proyecto, concebido como un ícono de lujo con sus 60 pisos y 670 pies de altura, se ha convertido en un elefante blanco, una estructura inacabada que se alza como un monumento a la mala planificación.
El problema principal, según revelan informes técnicos, radica en los cimientos. A diferencia de otras estructuras en Manhattan, que se construyen sobre roca sólida, One Seaport se levanta sobre terrenos recuperados del río Hudson, una base inestable de escombros, arena y sedimentos. "La solución convencional habría sido perforar hasta el lecho rocoso," comentan expertos, "pero se optó por una alternativa más económica que resultó catastrófica."
Esta decisión, la de inyectar concreto en lugar de usar pilones de acero, provocó la inclinación del edificio. Hasta ocho pulgadas hacia el norte se desvió, una desviación alarmante que se hizo evidente en 2019. Los intentos por corregir la inclinación, ajustando los pisos superiores, solo empeoraron las cosas, dejando la estructura con una visible forma curvada, como una "banana" según la describen algunos testigos.
Pero la historia de One Seaport no se limita a problemas estructurales. En 2017, un trágico accidente laboral – la caída fatal de un trabajador desde el piso 29 – desató una serie de investigaciones y demandas por violaciones al código de seguridad. Un año después, un error en la obra provocó la caída de una gran cantidad de concreto desde el piso 34 hacia la calle, aumentando aún más la problemática.
Estas dificultades, junto con las disputas legales entre Fortis Property Group y su contratista original, Pizzarotti, culminaron en la suspensión indefinida de la obra en 2020. Hoy, la torre inacabada, con su fachada de cristal a medio terminar y grafitis en sus paredes, se mantiene en pie como un testigo silencioso de un fracaso millonario. La inversión proyectada de $272 millones en condominios, parece perdida.
Actualmente, la propiedad está en manos del inversor Richard Cohn, experto en la rehabilitación de proyectos fallidos. Sin embargo, el futuro de One Seaport permanece incierto. La posibilidad de que la estructura sea finalmente terminada, o incluso demolida, sigue siendo una incógnita. Un monumento a los peligros de la construcción apresurada y la búsqueda de costes reducidos, incluso en el corazón de Manhattan.