Horror en Oklahoma: Niña de 15 años atada y abandonada, pareja condenada a prisión
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El 28 de julio, agentes de la Oficina del Sheriff del Condado de Washington respondieron a una llamada urgente. En el patio trasero de una vivienda en Vera, encontraron a una niña de 15 años atada con una correa de trinquete a un árbol. Su estado era alarmante: heridas en las piernas y los brazos, sentada sobre una alfombra, en un claro estado de desnutrición y abandono. Una testigo, que se identificó posteriormente como vecina, declaró haberla visto en esa condición durante tres días, añadiendo que le daba comida a escondidas.
Johnny James, de 41 años, y Kayla Clark, de 42, la pareja que residía en la casa, fueron rápidamente detenidos. James, en su confesión, minimizó la situación, afirmando que la niña solo había estado atada por períodos cortos. Sus palabras, sin embargo, contradecían la evidencia abrumadora. “Era la única opción porque no sabía qué más hacer para ayudarla,” declaró, intentando justificar el acto inhumano alegando problemas de control de esfínteres por parte de la menor. Clark, por su parte, intentó desligarse de la responsabilidad, argumentando desconocimiento de los hechos.
La víctima, que ahora reside en un hogar de acogida, tuvo la oportunidad de relatar su terrible experiencia durante la audiencia de sentencia. Su testimonio desgarrador, que incluyó una descripción detallada del impacto físico y emocional sufrido, conmocionó al tribunal. El fiscal insistió en la gravedad del crimen, demandando una pena ejemplar.
El juez, considerando la evidencia presentada y el testimonio de la víctima, dictó sentencia el pasado miércoles 5 de febrero. James fue condenado a 35 años de prisión y Clark a 30 años. Ambos deberán cumplir al menos el 85% de sus condenas antes de ser elegibles para la libertad condicional.
El caso, que involucró también a otros menores que vivían en el hogar, puso de manifiesto fallas en los sistemas de protección infantil y generó un debate público sobre la prevención del abuso infantil en la comunidad. Los detalles del juicio y la gravedad del maltrato infligido a la joven dejaron una profunda huella en Vera, un pequeño pueblo que ahora enfrenta el reto de sanar colectiva e individualmente después de este episodio tan doloroso.