Agresión en Metro NY: Trabajador del MTA atacado brutalmente
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Un ambiente tenso, donde la interacción con el público puede volverse peligrosa en un instante. Un trabajador del MTA de 44 años, padre de tres hijos pequeños y con apenas unos meses en el trabajo, se ha convertido en el rostro de esta realidad. El pasado 17 de enero, mientras trabajaba en la estación Herald Square/34th Street de Manhattan, alrededor de las 7:00 pm, su vida cambió para siempre.
El incidente comenzó con una transacción fallida. Un pasajero, aparentemente con poco dinero en su tarjeta, no pudo pagar el pasaje. “Le dije: ‘Lo siento, no tienes suficiente dinero’”, recuerda la víctima, quien prefiere mantener su anonimato por temor a represalias. La respuesta fue inesperada y brutal: un puñetazo directo a la boca, que le arrancó dos dientes. “En 10 segundos pasó todo esto”, afirma, aún conmocionado.
El NYPD publicó imágenes de seguridad del agresor: un hombre con barba y bigote, que vestía un abrigo oscuro y una sudadera con capucha verde claro. Hasta el momento, el sospechoso sigue prófugo.
Las consecuencias para el trabajador han sido devastadoras. Además del dolor físico, las heridas en su boca siguen sangrando. Sufre dolores de cabeza constantes y la incertidumbre sobre su futuro laboral lo consume. “Tengo mucho miedo… A veces siento que debería dejar el trabajo”, confiesa.
El incidente, atendido en el Hospital Bellevue, no es un caso aislado. Aunque las cifras generales de agresiones graves en el metro de Nueva York muestran una ligera disminución comparada con el año pasado (49 en lo que va del año, contra 58 en el mismo periodo del año anterior), la primera semana de febrero registró un preocupante aumento, con 11 agresiones graves, en comparación con las 6 del mismo periodo del año anterior.
El trabajador agredido lo corrobora: “Mucha violencia… Me acaba de pasar justo ahora”. Sus palabras reflejan una inquietante realidad para muchos empleados del sistema de transporte público de la ciudad, a pesar de las estadísticas oficiales.
El miedo, la incertidumbre y la falta de seguridad se han convertido en compañeros constantes para este empleado del MTA, dejando una profunda marca en su vida y la de su familia.