Estados Unidos intensifica los vuelos de drones sobre México en la lucha contra los cárteles
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En el centro de esta situación se encuentra el combate contra el tráfico de fentanilo. La lucha contra el poderoso cártel que controla la producción y distribución de este opioide sintético es, sin duda, el eje central de este despliegue. Pero, ¿qué medidas se están tomando realmente?
Fuentes estadounidenses, hablando bajo condición de anonimato debido a la naturaleza clasificada de la información, revelan la intensificación de un programa de vuelos de drones sobre territorio mexicano. Este programa, "que no se ha revelado previamente," según las fuentes, comenzó durante la administración Biden, pero ha sido significativamente expandido bajo el mandato de Trump. John Ratcliffe, director de la CIA bajo la presidencia Trump, había prometido una acción más enérgica contra los cárteles, y el incremento de estos vuelos sería un primer paso clave en esa estrategia.
La CIA, según se afirma, no está autorizada a realizar ataques letales con estos drones. Por ahora, la información recopilada se comparte con las autoridades mexicanas. Un funcionario estadounidense describe la situación como vuelos que se internan “bastante en el México soberano”.
El gobierno mexicano, por su parte, ha respondido al aumento de la presión estadounidense. El despliegue de 10,000 soldados en la frontera es una muestra de esta reacción, aunque el gobierno de Trump busca una mayor cooperación para desmantelar laboratorios de fentanilo. La capacidad de los drones para detectar estos laboratorios, gracias a las emisiones químicas, es un factor clave en esta estrategia. Sin embargo, se menciona que durante el gobierno de Biden hubo cierta lentitud en la respuesta mexicana a la información proporcionada por Estados Unidos.
La situación no se limita a la CIA. El Comando Norte del ejército estadounidense también ha aumentado su vigilancia en la frontera, aunque, a diferencia de la CIA, no penetra el espacio aéreo mexicano. Han realizado más de dos decenas de vuelos de vigilancia, utilizando aviones como los U-2, RC-135 Rivet Joints y P-8, además de drones. Se ha creado un grupo de 140 analistas para procesar la información recolectada.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha respondido a las acciones de Estados Unidos, afirmando que la soberanía mexicana “no es negociable, y nosotros siempre vamos a coordinar sin subordinar.” Este tema, obviamente, tiene implicaciones complejas en la relación bilateral.
Paralelamente, el gobierno de Trump ha tomado otras medidas. La designación de cárteles mexicanos como organizaciones terroristas extranjeras, aunque no proporciona nuevas herramientas financieras, es un paso simbólico que podría señalar una intensificación futura de las acciones. También se menciona el inicio de ejercicios de entrenamiento conjuntos entre fuerzas especiales estadounidenses y mexicanas.
La posibilidad de incursiones militares directas en México ha sido planteada, aunque se reconoce la dificultad y el riesgo de tal acción, debido a la ubicación de los laboratorios y las posibles consecuencias. La cooperación y el intercambio de información son, por ahora, el enfoque principal. Pero la situación permanece dinámica y la respuesta de México ante estos hechos sigue siendo un punto de observación clave en los próximos meses.