Error médico en FIV: Madre entrega a su bebé tras batalla legal
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Krystena, una mujer blanca que buscaba convertirse en madre a través de la fertilización in vitro (FIV), eligió un donante de esperma con características similares a las suyas: "cabello rubio oscuro y ojos azules", según su declaración. Después de un proceso que incluyó inseminación intrauterina infructuosa durante 18 meses y numerosas citas, exámenes, análisis de sangre e incluso inyecciones diarias para estimular la ovulación, consiguió quedar embarazada en mayo de 2023 tras su segunda transferencia de embriones en la clínica Coastal Fertility Specialists (CFS).
El nacimiento, en diciembre de 2023, trajo una sorpresa impactante. El bebé, un niño afroamericano, no compartía la genética esperada. "La primera vez que vi a mi hijo, era hermoso, pero inmediatamente fue evidente que era afroamericano", declaró Murray en conferencia de prensa. Esta discrepancia la llevó a realizar una prueba de ADN casera, cuyos resultados en enero de 2024 confirmaron sus peores temores: el bebé no era biológicamente suyo.
La comunicación con CFS reveló la terrible verdad: un error catastrófico en el proceso de FIV había llevado a la implantación del embrión de otra pareja. La situación escaló rápidamente, con la otra pareja demandando la custodia del niño. A pesar de un profundo vínculo con el bebé al que amamantó y cuidó durante cinco meses, Krystena, tras una costosa y prolongada batalla legal, se vio obligada a entregar al niño a sus padres biológicos en mayo de 2024. "Entregarlo fue el día más difícil de mi vida", confesó con dolor.
La demanda interpuesta contra CFS y parte de su personal en el Tribunal Estatal del Condado de Chatham, Georgia, incluye alegatos por negligencia, incumplimiento de deber fiduciario, ocultación fraudulenta y falta de consentimiento informado, entre otros. Se solicita una compensación superior a $75,000, más daños punitivos y honorarios legales. La pregunta que persiste, y que la demanda busca resolver, es qué ocurrió con el embrión de Krystena. Mientras tanto, ella sigue su lucha por la maternidad, buscando un nuevo camino hacia el sueño que un error médico le arrebató temporalmente.
El abogado de Murray, Adam Wolf, con una experiencia significativa en casos contra clínicas de fertilidad, califica la situación como "el miedo más descabellado" para un paciente. Él espera que este caso impulse mejoras en la seguridad y los protocolos de las clínicas de fertilidad a nivel nacional. La historia de Krystena, llena de dolor y esperanza, deja una profunda reflexión sobre la vulnerabilidad de quienes buscan cumplir su anhelo de ser padres.