Dieta carnívora extrema: Colesterol a 1000 mg/dl
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Recientemente, un caso clínico ha llamado la atención de la comunidad médica. Se trata de un hombre de aproximadamente 40 años, quien, siguiendo una dieta carnívora estricta, experimentó un aumento dramático en sus niveles de colesterol. Su consumo diario incluía cantidades asombrosas: entre 6 y 9 libras de queso, además de mantequilla y otras grasas añadidas a sus hamburguesas diarias. Este régimen, mantenido por ocho meses, le reportó, según él mismo, pérdida de peso, más energía y mayor claridad mental, como se indica en un informe publicado en JAMA Cardiology.
Sin embargo, la historia da un giro inesperado. "Este paciente no sabía que su colesterol era tan alto", comenta el Dr. Kostas Marmagkiolis, cardiólogo intervencionista que atendió al paciente. El médico explica que el paciente presentaba niveles de colesterol total superiores a 1000, uno de los niveles más altos que el Dr. Marmagkiolis haya visto. Para dar una perspectiva, los niveles saludables para adultos deben ser inferiores a 200.
La clave de la situación estuvo en un síntoma aparentemente menor: la aparición de bultos amarillos en las palmas de sus manos. Estas protuberancias, conocidas como xantomas (cuando aparecen fuera de los párpados, donde se denominan xantelasmas), son depósitos de colesterol bajo la piel. El Dr. Marmagkiolis las describe como una "forma que tiene el cuerpo de eliminar el exceso de colesterol del torrente sanguíneo cuando no puede procesarlo". Si bien inofensivos en sí mismos, son una señal de alerta clara de un problema subyacente.
El caso resalta los riesgos de las dietas extremas. Si bien la dieta carnívora puede ofrecer algunos beneficios a corto plazo, como la pérdida de peso, la carencia de nutrientes esenciales como magnesio, calcio, vitamina C y fibra, puede acarrear consecuencias significativas para la salud. Expertos como la dietista registrada Kristin Kirkpatrick advierten sobre las deficiencias nutricionales y problemas digestivos que pueden surgir por la exclusión de vegetales y frutas.
El Dr. Jeremy London, cirujano cardíaco que no participó en el estudio, resume la situación con claridad: “Nuestros cuerpos están hechos para funcionar con proteínas, grasas y carbohidratos. Cualquier cosa en extremo rara vez será beneficiosa.” La recomendación de ambos médicos es clara: una dieta balanceada, como la mediterránea, rica en frutas, verduras, proteínas magras y grasas saludables, es la mejor opción para mantener una salud cardiovascular óptima.
El paciente, tras la evaluación médica, fue sometido a un cambio de dieta radical y un tratamiento farmacológico para controlar sus niveles de colesterol. El caso sirve como recordatorio de la importancia de un estilo de vida saludable y la consulta médica regular.