Invasión de Jabalíes en Texas: Un Negocio de Millones

El protagonista inesperado de esta historia: el cerdo salvaje. Su proliferación descontrolada, especialmente en el área rural, está causando estragos. “Nuestro total estatal ronda los 2,6 millones de cerdos”, afirma Adam Henry, subdirector supervisor de Texas Wildlife Services, una agencia estatal y federal encargada del manejo de la vida silvestre. El impacto económico es devastador; se estima en 500 millones de dólares anuales en daños a cultivos y propiedades según estudios recientes citados por la misma agencia.
El problema ha trascendido las zonas rurales. Recientemente, en Irving, estos animales irrumpieron en vecindarios, causando daños en patios y propiedades escolares cercanas a Champions Park. La respuesta de la comunidad, y las soluciones implementadas, nos dan una idea del alcance del problema.
En zonas residenciales, las soluciones son más puntuales. Se han instalado cercas eléctricas y sistemas de trampas tecnológicas. “El Servicio de Vida Silvestre de Texas instaló un corral lleno de maíz equipado con una cámara conectada a una aplicación, lo que les permite cerrar la puerta de forma remota y atrapar a los cerdos”, explica Henry. Pero en las vastas extensiones rurales, se requiere una estrategia más agresiva.
Ahí es donde entran en juego empresas como HeliBacon, con sede en Bryan. Ofrecen un servicio único: la caza de jabalíes desde helicóptero. Por un precio que comienza en los $4,000 dólares, cazadores de todo el mundo - “Muchos australianos, británicos, sudafricanos, canadienses, franceses, etc.”, comenta Taylor Cary de HeliBacon - pueden experimentar la adrenalina de abatir estos animales desde el aire. La experiencia es tan llamativa como controversial; no requiere licencia de caza en tierras privadas con el permiso del dueño y se ha convertido en una atracción turística inusual.
La operación de HeliBacon, sin embargo, no es solo diversión. Se basa en colaboraciones con ganaderos y agricultores, quienes sufren directamente el impacto de los cerdos salvajes. “Estamos ayudando mucho a los terratenientes locales… pero en lo que respecta al estado, solo somos un proveedor”, reconoce Cary, evidenciando la magnitud del desafío y la diversidad de las estrategias que se están implementando para controlar la superpoblación de cerdos salvajes en Texas.
La situación compleja exige una respuesta multifacética, desde la tecnología hasta la caza deportiva, con un trasfondo económico que refleja las tensiones entre el desarrollo agrícola y la conservación de los ecosistemas. La adaptación constante a las necesidades y el impacto que esto genera son parte integral de la nueva realidad.