China critica a Estados Unidos por usar el fentanilo como herramienta de presión arancelaria

El foco de la controversia: el fentanilo y una nueva ronda de aranceles. La administración Trump ha amenazado con imponer un arancel adicional del 10% a las importaciones chinas, alegando la inacción de Pekín en el combate al tráfico de este potente opioide.
“El gobierno de Washington ha utilizado el asunto del fentanilo para insistir en la presión arancelaria y el chantaje,” declaró Lin Jian, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, en una conferencia de prensa. Este señalamiento, acompañado de una fuerte crítica a las medidas arancelarias, se suma a la tensión ya existente entre ambas potencias.
Estos nuevos aranceles, que se añaden al 10% aplicado el 4 de febrero, coinciden con el inicio de la reunión parlamentaria anual de China. Este evento político de gran envergadura, donde se definen las prioridades económicas del país para el año, añade una capa adicional de complejidad a la situación.
Donald Trump, en una entrevista con Fox News, fue más allá, acusando a China de librar una "Guerra del Opio a la inversa". "Pekín podría estar inundando deliberadamente Estados Unidos con el opioide sintético," afirmó el secretario de Estado, Marco Rubio, haciendo una analogía con las Guerras del Opio del siglo XIX. Una declaración con fuertes implicaciones históricas y geopolíticas.
Por su parte, el Ministerio de Comercio de China respondió afirmando que su política antidroga es una de las más estrictas del mundo y que los aranceles estadounidenses representan un “mero desplazamiento de la culpa y elusión de la responsabilidad”. Además, se destacaron los riesgos para las cadenas de suministro globales.
El análisis de expertos, como Christopher Beddor, subdirector de investigación sobre China de Gavekal Dragonomics, apunta a la incertidumbre sobre las intenciones a largo plazo de la administración Trump. “Ha habido mucho movimiento, pero todavía no está claro cuál es exactamente el objetivo fundamental del Gobierno de Trump con respecto a China,” comentó Beddor, reflejando el clima de expectativa e incertidumbre que permea las relaciones internacionales.
La situación, sin duda, está lejos de resolverse, y sus consecuencias económicas y políticas se sentirán a nivel global. El tiempo dirá qué medidas tomará China en respuesta a esta nueva escalada de la tensión comercial y cuáles serán las repercusiones a largo plazo para el comercio internacional.