Despidos masivos en NOAA: Crisis en la seguridad nacional
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Leonora LagardaEn el centro de la controversia se encuentra la NOAA (Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica), una agencia crucial para la seguridad nacional. Según reportes de ex científicos de la propia NOAA, como Craig McLean, y declaraciones de legisladores demócratas como la Representante Grace Meng y el Representante Jared Huffman, cientos de empleados, incluyendo un número considerable de meteorólogos del Servicio Meteorológico Nacional (NWS), han recibido notificaciones de despido. Se habla de dos rondas de recortes: una de 500 y otra de 800 empleados, lo que representa aproximadamente el 10% de la fuerza laboral de la agencia.
La Representante Meng expresó su indignación en un comunicado: “Hoy, cientos de empleados de la NOAA, recibieron avisos de despido sin una buena razón. Esto es inconcebible. Estos son estadounidenses dedicados y trabajadores cuyos esfuerzos ayudan a salvar vidas y propiedades de los devastadores impactos de desastres naturales en todo el país. Esta acción sólo pondrá en peligro las vidas de los estadounidenses de aquí en adelante.”
Estos despidos no son un hecho aislado. Se producen en el contexto de una política de reducción de la fuerza laboral federal impulsada por el Departamento de Eficiencia Gubernamental, y que ya ha afectado a miles de empleados con contratos temporales en diversas agencias gubernamentales. La situación ha generado alarma entre expertos, como el climatólogo Daniel Swain de la Universidad de California, Los Ángeles, quien en redes sociales calificó los recortes como “espectacularmente miopes y, a la larga, le propinarán una herida autoinfligida de gran magnitud a la seguridad pública de los estadounidenses y a la capacidad de resistencia de la economía estadounidense frente a desastres relacionados con el clima”.
Entre los afectados se encuentran meteorólogos que realizan pronósticos locales cruciales. Aproximadamente 375 trabajadores en período de prueba laboran en el NWS, donde se generan pronósticos diarios y alertas de peligro. La pérdida de este personal especializado podría tener consecuencias significativas en la capacidad de respuesta ante fenómenos meteorológicos extremos, poniendo en riesgo la seguridad de la población.
La incertidumbre sobre el futuro de estos empleados y el impacto a largo plazo de estos recortes en la capacidad de la NOAA para cumplir con su misión sigue latente.
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