Creciente movimiento antivacunas en Texas agrava brote de sarampión en condados rurales

El epicentro del problema se encuentra en el condado de Gaines, donde la tasa de exención por conciencia de vacunación ha aumentado de un 7% a un 18% en la última década, un reflejo del creciente movimiento antivacunas. Este aumento, exacerbado por la pandemia de Covid-19, ha creado un caldo de cultivo perfecto para la propagación del virus. “Antes del Covid podía convencer a algunos. Ahora es como, ‘olvídalo’”, explica el Dr. Wendell Parkey, director médico de la clínica familiar de Seminole, la principal ciudad del condado.
Pero la falta de vacunación no es el único problema. El 25% de los condados de Texas carecen de hospitales, y en el oeste del estado, la situación es aún más crítica. 64 de los 254 condados carecen de este servicio esencial. Sin salas de aislamiento adecuadas, se han improvisado espacios en edificios municipales vacíos, lo que complica aún más el diagnóstico y el tratamiento. Imaginen: obtener una prueba y conducir decenas de kilómetros para enviarla al laboratorio, esperando dos días por los resultados. Mientras tanto, el virus se propaga sin control.
La situación se agrava por la escasez de recursos. Texas invierte miles de millones de dólares en un programa antimigratorio, mientras que el sistema de salud pública, especialmente en las zonas rurales, carece de financiación y recursos materiales. La falta de pediatras en el Estado, problema particularmente relevante en este brote, añade otro nivel de complejidad.
El contraste es aún más impactante si consideramos las declaraciones de Robert F. Kennedy Jr., secretario de Salud de EE.UU., quien en una entrevista en Fox News recomendó el aceite de hígado de bacalao y la vitamina A como remedio contra el sarampión, en lugar de promover la vacunación. Mientras tanto, la respuesta oficial se ha visto obligada a reaccionar tras la muerte de un menor, enviando contratistas a la zona y lanzando campañas de concienciación, pero la lucha contra la desinformación y la logística de una región inmensa y poco poblada representan un reto monumental.
La situación recuerda a la pandemia de Covid-19: un sistema de salud deficiente, especialmente en las zonas rurales, que deja a las comunidades vulnerables ante brotes de enfermedades prevenibles. Las palabras de Gordon Mattimone, director del departamento de salud del condado Andrews, lo resumen todo: “Estamos en una zona de escasez de salud pública. Hay que ser creativos”.
Hasta la fecha, se reportan más de 250 casos confirmados en todo el país, 223 en Texas y dos muertes. La mayoría de los contagios se concentran en comunidades menonitas del oeste de Texas, conocidas por su recelo hacia la medicina moderna. La cifra real de casos, según los médicos locales, podría ser mucho mayor.