Robert F. Kennedy Jr. minimiza la letalidad del sarampión y causa controversia

En el centro de la polémica se encuentra Robert F. Kennedy Jr., Secretario de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, cuyas declaraciones recientes en una entrevista con Fox News han generado un fuerte revuelo. Sus comentarios, difundidos inicialmente en segmentos y posteriormente en su totalidad, se apartan de la postura científica establecida sobre el sarampión y la vacunación.
Si bien Kennedy reconoció la gravedad del sarampión, incluyendo la posibilidad de muerte, encefalitis y neumonía, también minimizó su letalidad, afirmando que "es muy muy difícil que el sarampión mate a una persona sana" y sugiriendo que la malnutrición y la falta de ejercicio podrían ser factores contribuyentes en el brote de Texas. Esta afirmación contrasta con las estadísticas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), que indican una tasa de mortalidad de entre una y tres personas por cada 1000 casos.
La perspectiva de Kennedy sobre la vacunación también fue objeto de controversia. Mientras recomendaba la vacunación en comunidades con baja cobertura, como la menonita del condado de Gaines, expresó simultáneamente preocupaciones sobre la seguridad de las vacunas, afirmando que le habían informado sobre una decena de niños afectados por la vacuna en la zona. Esta postura ambivalente provocó fuertes reacciones, especialmente considerando sus históricas posturas antivacunas.
Las afirmaciones del secretario sobre la relación entre la malnutrición y el sarampión fueron cuestionadas por expertos. El Dr. Wendell Parkey, médico del condado de Gaines que atiende a la comunidad menonita afectada, desmintió la idea de una mala nutrición en el grupo, destacando sus hábitos alimenticios saludables y la actividad física inherente a su estilo de vida. Otros expertos resaltaron la existencia de evidencia sólida que demuestra la alta mortalidad del sarampión antes de la existencia de la vacuna, contradiciendo la afirmación de Kennedy sobre su baja letalidad en personas sanas.
Además, Kennedy defendió tratamientos no probados para el sarampión, como la budesonida, la claritromicina y el aceite de hígado de bacalao, alegando que médicos locales habían reportado recuperaciones "milagrosas". Esta postura fue recibida con escepticismo por la comunidad médica, al considerar que estos tratamientos no son efectivos contra un virus como el sarampión y que realizar ensayos clínicos sería tanto logístico como éticamente complejo.
Finalmente, la entrevista concluyó con la declaración de Kennedy sobre la necesidad de investigar la "inmunidad natural" adquirida tras la infección de sarampión, afirmando que "puede proteger posteriormente contra el cáncer y las enfermedades cardiacas". Esta afirmación, no respaldada por evidencia científica, añade otro punto de controversia a un escenario ya complejo. El brote de sarampión en Texas continúa generando debate, y la postura de las autoridades sanitarias respecto a la vacunación y los tratamientos sigue en constante evolución.